El año 2016 que nace de la preñez de desarrollos y conflictos habidos en los últimos cien años, 1914-2015, será notable por la generalización de la violencia, extendida como una marea sobre nuestro continente, previsto para la paz y un nuevo mundo.
Nuestra anhelada integración, primero se pretenderá forzando nuestra subordinación al capitalismo colonialista, tras la caotización que prevemos. Culpa de nadie y de todos, en la lealtad a las causas opuestas que defendemos.
Las iniciativas de desestabilización por regiones del mundo, cumple con el objetivo de desintegración inmediata de los vínculos de unidad de naciones luego forzadas a un éxodo sin identidad bloqueado en las fronteras de otras en crisis, lo que es un exterminio peor que el que sufrieron los judíos, que ahora lo practican.
Sin retorno al mundo que perdieron son vidas desperdiciadas, bajas de la nueva guerra, víctimas de nuestra impotente deshumanización. En su abandono, ¿Qué harán estas multitudes? El año 2016 comenzara a decírnoslo, igual que sobre el malestar medioambiental, que vinculándose incrementan los de las guerras. De inmediato el bebé que nace será un revoltoso.
En República Dominicana nuevos niños crecen yendo lindos a las escuelas donde aprenden, socializan y pintan lo que sueñan. Veo sus cuadernos, sus tareas y dibujos, en ellos a sus familias, vacas, pelotas, sus barrios, pollitos, arcoíris, estrellas, flores y banderas… etc. ¿Un intangible? En otras partes les rodea el horror, la mala sorpresa, temen mirar; no pueden pintar. Ahora podemos valorar nuestros intangibles.
El proceso progresista general está siendo recusado por la derecha en Venezuela, Colombia, Brasil, y Argentina, donde se reponen en diferentes grados, porque nuestra causa no ha sabido expresarse como el nacimiento cultural y de apertura que es.
Socialmente emancipador en proporción a una correlación del poder interno, geopolítico y del mercado, más el ejercicio de muchas maestrías y ciencias en equipos reeducando sin Bonapartismos e iracundias innecesarias y repelentes.
Aquí, ¿qué nos trae 2016? A PetroCaribe y la alza o baja del petróleo; la violencia internacional; más la política internacional que en la crisis adopte Haití frente a República Dominicana, factores que podrían ser muy dañinos, si sucediera que poderes fácticos revocaran instituciones que repelen por vía de la elección de otro gobierno.
Igual, están el sucio policial; el del crimen organizado por la falta de higiene y el poder de la complicidad entre el narcotráfico, la corrupción el mercado judicial y otros, los que por razones electorales se le facturarán al Gobierno actual, aunque este haya sido la diferencia.
Con una tradición de asistencialismo parásito, el desarrollo del Estado social, con generación de empleos y producción, base de una sociedad modestamente acomodada dentro del subdesarrollo como lo procura Danilo, se arriesga ante una oposición hecha al vapor remachando rechazos y transfuguismos unidos buscando el porcentaje de Macrí en Argentina, sin una causa que no sea la de la restauración conservadora continental radical.
Esto puede reproducir lo que se ha hecho en Argelia, Irak y Siria, donde bastó con soltar en sus patios al ratón del E.I. (Estado Islámico), para que se metieran en ellos a buscarlo todos los gatos del mundo; con los servicios fragmentadores de las ONG.
Aunque con carencia de ciudadanía y otras económicas dentro del marco de nuestras dependencias, hemos ganado cosas que no podemos perder.
Entre otras está la memoria. Aquí todos nos conocemos desde chiquitos. Hay asociaciones políticas legítimas, a las que les falta destilación antes de brindarlas como licor crudo a los convocados. Son creaciones como la del Estado Islámico, promovido por sectores de los medios de comunicación y su comercio, más ONG manipuladas por manos invisibles.
Requerimos de quienes con aplomo, factiblemente estén en condiciones de quemar las naves como Pizarro junto al desarrollo social compartido en el país, sin aumento de las crisis, pactando este entre capitales limpios, sectores gremiales, representativos sociales y del poder de los medios de comunicación; todos como interlocutores, junto a los programas, personas y equipos de la gestión proseguida de Danilo Medina; observando que el PLD es un partido binario al que hay que definir y depurar desde fuera, evitando su desenfreno.
Clamo ante mis iguales por una clara visión del momento, y los llamo para la viabilización de nuestro proceso. No nos equivoquemos. Es un imperativo ante los peligros y asaltos de 2016.