Claudio Caamaño Vélez
Imagina que tienes un vecino que cría culebras y cacatas, no dos o tres sino muchas, y que suelen escaparse y entrar en otras casas. ¿Qué pensarías?
Las culebras cazan ratones, y las cacatas comen cucarachas. Ambos combaten plagas dañinas que transmiten enfermedades peligrosas. Las culebras de República Dominicana son inofensivas para el ser humano; y las cacatas, si bien pueden picar, solo lo hacen cuando se ven amenazadas y su picadura no es mortal.
Sin embargo, los mosquitos si son peligrosos, transmitiendo enfermedades que pueden ser mortales como el dengue y la malaria, por ejemplo, que provocan en nuestro país decenas de muertes y miles hospitalizados cada año. Pero, paradójicamente, casi no nos preocupa que un vecino esté criando miles de mosquitos en su casa, tampoco nos preocupan mucho los criaderos en la nuestra.
La gente les tiene terror a los tiburones, pero estos solo matan 10 personas al año, sin embargo, los mosquitos son responsables de 750 mil muertes anuales.
Cuando les digo a la gente que me gusta nadar mar abierto, me miran raro y con preocupación me dicen “cuidado si te come un tiburón”, pero no se asustan de que en ese mismo momento haya mosquitos volando a nuestro rededor.
Algo así también pasa con “los muertos”, a quienes solemos tener mucho miedo, cuando son los vivos quienes hacen daño.
La ignorancia nos hace víctima de nosotros mismos, la educación es la única vacuna que hay contra el dengue, acompañándola con medidas preventivas. Pero para eso tenemos que acabar con la tradición de poner candado después que nos roban… Sólo Cristo hizo resucitar a Lázaro.
