En la República Dominicana al igual que otros países de América Latina debe surgir un nuevo esquema de las teorías políticas bajo un establecimiento de normas que ayuden al fortalecimiento democrático, para eso es necesario reorientar la política y reflexionar acerca de cada ámbito político y social de nuestro país. Hagamos un ejercicio de lo que era antes, de lo que somos hoy y hacia donde nos lleva este modelo político que se ha instaurado desde la muerte del tirano Rafael Trujillo Molina el 30 mayo del año de 1961, luego surgieron varios enfrentamientos en la lucha por el poder y aunque han pasado décadas esta lucha continúa arraigada en el ámbito político nacional, mismo paradigma.
Es muy cierto que a la fecha hemos logrado un empuje hacia un nivel que garantice el orden ascendente hacia la modernidad que requieren los nuevos tiempos pero, sólo en la Constitución y las leyes bien escritas,sin embargo el gran problema radica en que no se ha logrado el establecimiento de los mecanismos para la aplicación de la ley y la justicia en su justa dimensión para los que violen las leyes sin importar quien o quienes, de modo que continuamos en el atraso político con una cultura cada vez menos propicia para dar garantía a en el cumplimiento que la sociedad espera. Los gobiernos deben garantizar que la justicia funcione y se aplique a todos por igual, es la única forma para que mucha gente se cohíba de cometer actos ilícitos porque sabe que le serán aplicadas las sanciones de lugar.
Y es aquí donde Estado dominicano necesita afianzar los mecanismos transversales y ponerlos acorde con el art. 7 de la Constitución de la República del año 2010, que reza lo siguiente: “La República Dominicana, es un Estado Social Democrático de Derecho, organizado en forma de República unitaria, fundado en el respeto de la dignidad humana, los derechos fundamentales, el trabajo, la soberanía popular y la separación e independencia de los poderes públicos.
Hoy volvemos la vista atrás y nos damos cuenta que las críticas de hace 38 años sigue bajo el mismo esquema, un instrumento utilizado por la oposición directamente contra el gobierno de turno, sin importar la bandera, ni el color, sin embargo no hay un análisis de la situación actual por parte de los actores políticos con miras a resolver los problemas de Salud, Educación, Contaminación, Ordenamiento Territorial, Saneamiento básico y Agua Potable, Sistema Eléctrico y peor aún la Inseguridad Ciudadana y la Violencia Generalizada que nos afecta a todos en la sociedad dominicana, estos pudieran agravarse en un futuro no muy lejano en caso de no tomar ahora las medidas correctas que armonice el sistema político en la República Dominicana con ley y la justicia que se ve cada vez más manipulada o mal manejada en los medios de comunicación, sino más bien que continúa la lucha por lograr el poder sin un plan de mejora en la forma de gobernar.
Es preciso agregar que estamos en un momento que requiere cambios a nivel del alto mando de los actores políticos y sociales, así como los medios de comunicación en la estructura del pensamiento político, la capacidad de negociación y la construcción de mensajes que garanticen una mejor forma de hacer política en favor de las actuales y futuras generaciones.
Esto no será posible si existe un divorcio entre las acciones del Estado y el artículo 7 de la Constitución pero, mucho menos si los ciudadanos pierden el interés por la política y la credibilidad en la justicia y lo que es peor en los líderes de los partidos políticos mal manejados en materia de comunicación, es aquí donde deberíamos reflexionar y repensar para apostar a la acción ética, capacidad y compromiso social en la República Dominicana y cambiar el discurso de descrédito por un discurso de propuesta con mensajes creíbles, con planteamientos de los problemas y las soluciones a los grandes problemas que afectan a esta sociedad y es aquí donde deberíamos reflexionar.