SANTO DOMINGO.-Convivir con el alzheimer enmascarado detrás del rostro de un ser amado representa una tarea difícil de afrontar.
Desvelos, sacrificio de tiempo productivo y lo más triste: ver durante un tiempo prolongado cómo se deteriora la memoria de quien amas, hasta el desenlace fatal; pues la enfermedad no tiene cura.
Precisamente es lo que describe parte de la vida de Aner Luna de 28 años, quien en dos años no recuerda una madrugada en la que durmieron tranquilos en su humilde hogar.
Desde ese tiempo batallan con la enfermedad de su madre, Melania Reyes, quien fue diagnosticada con alzheimer con 60 años de edad.
Las crisis que ella sufre de repente a las dos y tres de la mañana, por los trastornos del sueño típicos de la patología, se ha robado el descanso de ellos y en algunas ocasiones hasta de los vecinos, según Luna.
Relató que una de sus crisis fue tan prolongada que pensaron sufriría un infarto.
Desesperados levantaron a todos los residentes de la calle donde viven en el sector Gualey, en busca de auxilio.
La familia tiene que estar cada minuto pendiente de ella, pues además no habla con coherencia, busca escaparse constantemente, a veces desconoce a todos y hace cosas infantiles como vaciar la alacena, derramar agua en la casa, y a todas las sabanas y cortinas les hace nudos.
Que es el alzheimer
De acuerdo a la psicogeriatra Daisy Acosta, el alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa progresiva que daña las neuronas del cerebro, “afectando en la primera etapa el hipocampo, que es donde se forma la memoria reciente del individuo”.
Por tanto detalló que la primera señal y la más importante es la repetición de acciones asociadas al olvido.
“Es la persona que repite las cosas, porque se le olvidó que las dijo, o que puede ingerir un medicamento dos veces o no tomárselo, porque no recuerda si lo hizo, es un paciente que llamará a la hija dos veces para decirle lo mismo. Esas son señales de alerta”, indicó la especialista.
Otras advertencias son, la ocurrencia de trastornos del sueño, cambios de humor fuera del carácter propio de la persona y dificultad para manejar las finanzas.
Dijo que si se experimentan esos cambios es cuando se debe de buscar ayuda.
“Estos cambios no se deben tomar como parte normal del envejecimiento, ya que si se toma así, cuando van a consultar es muy tarde”, puntualizó.
Desafortunadamente cuando la enfermedad comienza a presentar estos síntomas, ya lleva años establecida. En ese sentido, Acosta reveló que la ciencia aun apunta buscar marcadores biológicos temprano que adviertan cuando el alzheimer comienza a establecerse en el cerebro antes de manifestarse.
Evolución
En la segunda etapa entran en desorientación, no reconocen su casa, ni identifican a sus familiares. Sufren el síndrome de la puesta de sol, llamado así porque al final de las tardes se agitan de manera importante.
En la última faceta se da la incontinencia urinaria y fecal, pérdida del habla, problemas de deglución (se ahogan con la comida) y en consecuencia vienen los problemas de neumonía por aspiración, que es una de las principales causas de muerte del alzheimer.
Prevalencia en el país
Estudios dirigidos por la psicogeriatra, realizados en las zonas de Villa Francisca, San Carlos, Zona Colonial y Mejoramiento Social, indican que un 11.6% de los residentes allí, mayores de 65 años, padecen de alzheimer, cifra que se triplicará en 2030 con el aumento del envejecimiento de la población. Refirió que la patología es la causa número uno de discapacidad en adultos mayores.
Además, expresó que es una enfermedad que empobrece, ya que algunos deben abandonar su trabajo para el cuido.
En el caso de Aner y su hermana Geraldin Luna, de 25 años, ambos poseen un empleo de medio tiempo para hacer rejuego con el tiempo y así poder cuidar a su madre.
También vive con su padre Porfirio Luna de 83 años, el cual esta incapacitado de la pierna derecha.
Factores de riesgo
Entre los factores de riesgo está el no comer sano, no ejercitarse y realizar hábitos que afecten el corazón. También influyen enfermedades como la diabetes, colesterol alto, hipertensión, los traumas craneales, la obesidad abdominal y el poco descanso corporal.
Los medicamento que hay en el mercado para combatir el alzheimer no modifican el curso de la enfermedad, sino que enlentece el proceso de pérdida de memoria y no funcionan en todos los pacientes, solo un 33% responde.