Vivir en la pobreza suele significar un menor acceso a alimentos nutritivos o vecindarios seguros para hacer ejercicio al aire libre.
La gente de bajos ingresos tiene más probabilidades de fumar o de ser obesa.
Los empleos administrativos demandan menos exigencia física y la gente que tiene este tipo de empleos puede tomarse un día para ir a un gimnasio.
Quizá no trabaje en el turno noche, lo que está asociado con diversos problemas de salud.