José Armando Tavárez
La conectividad es parte fundamental de cualquier estrategia de transformación digital.
Sin conexión a Internet no existe posibilidad alguna de realizar los demás componentes de un proyecto de utilización de las nuevas tecnologías digitales para el desarrollo de las personas.
Los ciudadanos necesitan ejercer plenamente sus derechos digitales y eso empieza con tener acceso a Internet en las mismas condiciones de calidad, estabilidad y constancia que los sectores más privilegiados de la nación. ¿Cómo podemos garantizar una conectividad y acceso con inclusión? Invirtiendo.
Los estados y sus gobiernos deben priorizar la inversión en una infraestructura tecnológica que permita el desarrollo máximo de las potencialidades de sus ciudadanos. Debemos garantizar una cobertura total del acceso y conectar a todos los dominicanos a la gran autopista de la información y el conocimiento.
Debemos invertir en una amplia red de banda ancha que incluya en el desarrollo digital a todos los rincones del territorio nacional.
También debemos aumentar la inversión en educación digital. Es fundamental seguir apoyando las instituciones de formación tecnología tanto públicas como privadas para que garanticen la cantidad y calidad de talento digital que necesita el país para el desarrollo de su sector tecnológico. Sin talento tecnológico no podremos aprovechar las ventajas que crean la conectividad.
Por último, la inversión debe fomentar el estímulo a la innovación tecnológica. Debemos crear fondos de inversión y apoyo a ideas innovadoras que lleven el tejido emprendedor dominicano a un siguiente nivel.
Es importante que se empiece a visualizar emprendimientos exitosos de base tecnológica. Para lograr dicho objetivo se hace necesario disponer de capital que apoye las buenas ideas y proyectos
La República Dominicana puede y deber ser un referente tecnológico en el Caribe. La nación debe conducir su esfuerzo de desarrollo hacia un proceso de transformación digital centrado en las personas y la meta de conectarlos a la modernidad del siglo XXI. ¡Juntos podemos lograrlo!
