Si te resultan familiares estos síntomas: constantes ganas de acudir al baño y escozor en tu zona más íntima, es posible que hayas padecido cistitis alguna vez en tu vida. De hecho, es probable que la hayas sufrido más de una vez. Quizás no conozcas bien el origen de esta molestia tan habitual entre las mujeres.
La prevención es fundamental, porque la cistitis afecta a 4 de cada 10 mujeres (37% de las mujeres) al menos una vez en la vida, según datos de un estudio facilitados por Chilly. Esta cifra se eleva si centramos la atención en mujeres con premenopausia, donde la padecen entre el 50 y el 60 por ciento. Y lo más grave es que muchas de estas mujeres vuelven a tener cistitis en los dos meses siguientes debido a un tratamiento deficiente de la infección, a que han desarrollado una resistencia a los antibióticos o a que han continuado con unos hábitos de higiene íntima deficientes.
¿Por qué tenemos cistitis?
Según la Asociación Española de Urología, las mujeres tiene la uretra más corta, lo que facilita el paso de los gérmenes a nuestro interior. Este rasgo natural unido a las condiciones que se dan cuando aparece la premenopausia (el epitelio vaginal es más fino, existe mayor sequedad y se producen pequeñas heridas y la flora vaginal cambia) provoca el aumento de casos.
Pero sin duda alguna, el mayor causante de cistitis tiene que ver con tu vida sexual. De acuerdo a especialistas, el 80% de los casos de cistitis se deben al sexo». No mantener una correcta higiene antes y después de las relaciones sexuales puede llevarnos a sufrir esta dolencia tan incómoda.
Pequeños cambios que pueden tener un gran impacto
Si quieres evitar tener cistitis (y posiblemente repetir) debes tomar precauciones ahora. Cambiar tus hábitos a tiempo te pueden ahorrar escozores y dolores de lo más molestos.
Durante el verano, es fundamental que no pases mucho tiempo con el biquini o la ropa interior húmeda porque esto aumentará las posibilidades de sufrir alguna infección en tu zona íntima. Intenta tener siempre una braguita de repuesto y secarte bien para que no te pase nada.
Otra costumbre que deberías adoptar es no aguantar demasiado tiempo antes de ir al servicio. Miccionar cada 2 o 3 horas es lo más recomendable.
En cuanto a la alimentación, se recomienda beber al menos 2 litros de agua (que te ayudará a llevar a cabo el consejo anterior) y evitar el estreñimiento con alimentos ricos en fibra.
Por supuesto, mantener una correcta higiene diaria es fundamental para evitar cualquier enfermedad. Antes y después de mantener relaciones sexuales, es recomendable lavar tus zonas íntimas, así minimizarás el riesgo de que los gérmenes te provoquen una cistitis. En lugar de bañarte, apuesta por darte una ducha, ahorrará agua y el flujo de agua ayudará a que las bacterias sean arrastradas.
No te des duchas vaginales, ya que alteran el pH de la zona, fomentando la proliferación de bacterias y gérmenes.
En cuanto a la ropa interior, elige siempre prendas de algodón en lugar de otros tejidos de fibras sintéticas que no transpiran y atrapan la humedad más tiempo.