Varios pacientes en el Darío Contreras esperaban ser atendidos en áreas para seguimiento de sus fracturas. Elieser Tapia
Santo Domingo.-Iván García llegó temprano desde su natal San Cristóbal al Hospital Traumatológico Ney Arias Lora con muletas en mano a su chequeo regular, con su pie derecho cubierto de hierros por una lesión que se podría considerar se la hizo recientemente, sin embargo, no es así, lleva ya tres años de lucha con este trauma.
El joven de 33 años forma parte de ese 28 % de los pacientes accidentados que queda con una lesión permanente, ya sea una cicatriz, una mano que no pueda mover correctamente, dificultad para volver a caminar o cuadripléjico, según explicó el director de ese centro hospitalario.
En el caso de García, su calvario empezó hace tres años, cuando conducía una motocicleta y se vio involucrado en un accidente de tráfico con una camioneta, con pérdida de hueso de miembro inferior y rotura de fémur.
Comentó que ha perdido la cuenta del número de operaciones que le han realizado. Actualmente está siendo sometido a un proceso de reconstrucción ósea de la tibia.
Narró que desde ese fatídico día nada volvió a ser igual. “La vida me ha cambiado porque no es lo mismo para desplazarme”, dijo al tiempo de indicar que se dedicaba a la peluquería, oficio que ahora ejerce desde su casa, pero con dificultades.
Menos productividad
Así como García, la mayoría de los accidentados se encuentra en una edad muy productiva, regularmente entre los 15 y 49 años, lo que preocupa a los especialistas que ven estos casos, puesto que los pacientes, en el mejor de los casos, se ausentarán de sus labores por varias semanas y dependiendo de la lesión podría derivar en un bajo rendimiento.
“Eso implica una reducción de estas personas, que son los que motorizan toda la economía del país, porque son pacientes que no se pueden integrar a la vida productiva, no menor a 45 días después de tener una fractura y que van a rehabilitación”, precisó Julio Landrón, director del Ney Arias.
En esto coincide el ortopeda traumatólogo Marcelo Puello, quien expresó que este problema de salud pública crea caos en la economía familiar.
Huesos largos afectados
Puello manifestó que a mayor velocidad, mayor es la cantidad de traumas que presentará la persona.
En ese orden, tanto Landrón como Puello detallaron, por separado, que los mayores tipos de traumas que atienden son fracturas de huesos largos, como el fémur y la tibia en la pierna, el húmero del brazo, así como fracturas de cadera, rodilla y antebrazo.
Landrón explicó que las lesiones más importantes que llevan a los casos de intensivo son los traumas craneoencefálicos y las contusiones vertebro-medulares. Además, los politraumatizados de tórax, abdomen y pelvis, que regularmente son los que más lesionados están y provienen en más de un 80 por ciento de los accidentes de motocicletas.
Costo elevado
De acuerdo con el director del Hospital Traumatológico Darío Contreras, César Roque, un paciente de ortopedia debe costar 300 mil pesos. “Pero si se le mete paciente maxilofacial, medio millón; de columna, un millón y si se va a intensivo, dos millones”, afirmó.
Y es que un paciente en cuidados intensivos, por día, sólo en oxígeno consume entre 5,000 y 6,000 pesos, mientras en medicamentos para mantenerlo sedado y poderle bajar los edemas cerebrales oscila en 100 mil diario, o más.
“O sea, son millones de pesos que hay que invertir en estos pacientes, que duran 15, 20, 30 días en intensivo, para poder preservarles la vida”, declaró Landrón.
De ahí que Puello considere que el costo económico de un accidentado para el Estado es insostenible, ya que debe subsidiarlo varias veces.
Seguro adicional
— Para motoristas
Marcelo Puello reiteró que a los motoristas se les debería cobrar un seguro adicional para la cobertura de salud, ya que la mayoría no respeta señales de tránsito y son los que más se accidentan en las vías.
Respeto a señales de tránsito es esencial
Prevención. El doctor Julio Landrón considera que es vital el respeto de las señales de tránsito y desplazarse por las calles sin prisa, para evitar siniestos viales.
Instó a utilizar medidas como el uso de casco protector en el caso de los motoristas, ya que sin este la persona tiene 68 % de posibilidades de sufrir un trauma craneoencefálico severo, así como el cinturón de seguridad en quienes se desplazan en otro tipo de vehículos.
También a no consumir alcohol mientras conduce y no utilizar el celular.
Dijo que si bien es cierto que debe primar la prevención del accidente, con educación continua desde la secundaria, no es menos cierto que ver resultados tomaría de una a tres décadas, por lo que consideró hay que enfocarse en reducir las muertes, como han hecho algunas instituciones.