El primer ministro iraquí, Haider Al Abadi, llegó a Mosul ayer, una ciudad “liberada”, donde proclamó la victoria sobre el grupo yihadista Estado Islámico (EI), tras casi nueve meses de cruenta batalla.
La caída de Mosul, último gran bastión urbano en Irak del grupo Estado Islámico (EI), constituye un gran revés de los yihadistas desde que perdieron el control de vastas regiones de Irak y Siria, y Libias, en 2014.