- Publicidad -

Efectos económicos de la corrupción

El flagelo de la corrupción genera efectos económicos catastrófico para la economia y la sociedad en general. En tal sentido, el primer elemento relevante es que frena la inversión pública y el crecimiento economico, acrecienta la desigualdad, desviación de los fondos públicos de los servicios esenciales como la educación y la salud, al tiempo que eleva los costos y crea ineficiencia al priorizar proyectos innecesarios o inflados para el soborno, lo que se traduce en un deterioro de la confianza en perjuicio de los más pobres.

Desde una interpretación macroeconómica, la corrupción imposibilita que las economías en vía de desarrollo logren su potencial, contrae la inversión doméstica y extranjera directa. En adicion, al desviar recursos financieros, esto incrementa el gasto público con una orientacion ineficiente, provocando que la deuda pública aumente y reducción de los ingresos fiscales.

También, desde una óptica microeconómica la corrupción y los sobornos perjudican a los consumidores y a las empresas en el sentido de que los costos se elevan para medicamentos y lo que implican los tramites de estas acciones inescrupulosas, situacion que termina perturbando muy especialmente a pequeñas empresas y a la población de más bajos ingresos.

La corrupciónes perniciosa en tanto y cuanto engendra un incontrolable desplazamiento de la innovación y la competencia, lo que en los hechos termina favoreciendo aquellos que tienen fuertes conexiones con las estructuras que auspicia este malestar, y puede crear un control propio al estilo los monopolios. El predominio de una estructura delictiva y criminal impulsa a las empresas a operar con una espantosa y sorprendente, conduciendo a una economia sumergida y donde los sobornos parecerían la regla, provocando de esta manera una contracción de la base impositiva del Estado.

El fenómeno de la corrupción es una complicación generalizada que continúa afectando a las economías y sociedades a escala planetaria, lo que ha minado y erosionado la confianza en las instituciones públicas y estrangulando el crecimiento económico. Y es que los alcances globales del flagelo de la corrupción son muy amplias y heterogéneas, que afectan a todos los aspectos de la gobernanza, la estabilidad macroeconómica y el bienestar social.

Al ser definida como el abuso inescrupuloso del poder en favor propio, la corrupción se manifiesta de múltiples formas, como el soborno, el favoritismo y la malversación. En adicion, la corrupción aleja la inversión extranjera, en el entendido de que las empresas son muy renuentes a operar en entornos en los que predominan las prácticas poco éticas y oscuras.

Uno de los efectos pernicioso del malestar de la corrupción es que los ciudadanos que perciben una corrupción desarrollada, por lo general, pierden la fe en el Estado de derecho y en los procesos democráticos, lo que conduce a la dejadez, el malestar social e incluso insurrecciones. Y es que la corrupción afecta de manera desproporcionada a los segmentos poblacionales más vulnerables, ya que distorsiona el acceso a los servicios básicos y a las oportunidades, eternizando el circulo y los ciclos de pobreza y desigualdad.

En definitiva, las secuelas de la corrupción para la reputación trascienden los límites de las fronteras y esta es una razón poderosa por la que los países con altos niveles de corrupción suelen ser vistos como socios inseguros y poco honestos en la escena global y regional. Esta percepción afecta a las relaciones internacionales, los acuerdos comerciales y los responsabilidades diplomáticos y los gobiernos envueltos en escándalos de corrupción se enfrentan a una credibilidad atroz, con una autoridad degradada y con repercusiones legales.

Etiquetas

Economista-Abogado
Máster y Doctorado en economía
Catedrático de la UASD

Artículos Relacionados