A propósito de qué el presidente de la República Dominicana (RD), Luis Abinader ha designado al joven abogado Sigmund Freund al frente del Ministerio de Administración Pública (MAP), con la encomienda de producir cambios en ese sector, en cómo se ofrecen los servicios públicos, creo oportuno conocer el caso más exitoso del planeta en estos momentos, en cuanto a la eficiencia y la eficacia en el manejo de la administración pública.
Me refiero a Estonia, un país báltico, con una superficie ligeramente menor que la de RD con 45,228 kilómetros cuadrados y una población aproximada de 1.4 millones de habitantes.
Estonia ha emergido como un modelo global en la administración pública digital, implementando un sistema que ha transformado la manera en que los ciudadanos interactúan con el gobierno.
Este fenómeno, conocido como el «efecto Estonia», es un claro ejemplo de cómo la tecnología puede optimizar los servicios gubernamentales, mejorar la eficiencia y fomentar la participación ciudadana y, sobre todo, evitar la corrupción y la discrecionalidad.
La transformación digital de Estonia comenzó tras su independencia de la Unión Soviética en 1991. Con una infraestructura devastada y un sistema político ineficaz, el país decidió adoptar una estrategia audaz: convertirse en una sociedad digital.
Desde entonces, ha realizado inversiones significativas en tecnología de la información y ha fomentado un entorno propicio para la innovación.
Es uno de los más avanzados en gobierno electrónico, ya que la mayoría de los servicios gubernamentales están disponibles en línea, lo que permite a los ciudadanos realizar trámites desde la comodidad de su hogar.
Esto incluye desde la declaración de impuestos hasta la inscripción en escuelas, reduciendo así la burocracia, el clientelismo, la corrupción y el tiempo de espera. He de reconocer que en este aspecto los gobiernos de Leonel Fernández y Danilo Medina en la RD, comenzaron el proceso, pero sin muchos avances.
El acceso a la información pública es una prioridad en Estonia. Los ciudadanos pueden acceder a datos sobre el gobierno y su funcionamiento, lo que fomenta la transparencia y la rendición de cuentas. Además, el sistema permite la participación activa de los ciudadanos en procesos legislativos y consultas públicas, de manera efectiva y sin posibilidad de fraude a favor de una de las partes.
El impacto del efecto Estonia ha sido notable, tanto a nivel nacional como internacional. A continuación, el que a mi humilde parecer debe ser el primero en procurar alcanzar en la RD.
Me refiero a la “mejora en la eficiencia administrativa”. La digitalización ha permitido al Gobierno estonio reducir drásticamente los costos operativos y el tiempo dedicado a procesos administrativos. Al automatizar tareas rutinarias, los funcionarios pueden centrarse en actividades más estratégicas y en la atención al ciudadano.