Washington.– El Gobierno de Estados Unidos ha dado marcha atrás en su exigencia a los gigantes tecnológicos de obtener acceso a los datos codificados de los usuarios de teléfonos móviles y dispositivos portátiles, confirmó hoy a Efe la Casa Blanca.
Pese al deseo de las agencias de inteligencia estadounidenses de obtener acceso a los datos cifrados de dispositivos como iPhone o aplicaciones como WhatsApp para sus investigaciones de seguridad, el Gobierno ha decidido no impulsar una ley a tal efecto, algo a lo que se oponían compañías como Apple, Google, Facebook y Microsoft.
“Estados Unidos trabajará para asegurarse de que los actores maliciosos rindan cuentas, sin debilitar nuestro compromiso con una codificación robusta” de datos, dijo a Efe un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Mark Stroh.
“Como parte de esos esfuerzos, estamos en contacto con compañías privadas para asegurar que entienden los riesgos de seguridad pública y nacional que resultan de esos actores maliciosos. Sin embargo, la Administración no está impulsando una legislación al respecto”, añadió Stroh.
La decisión del Gobierno ha frustrado a agencias de seguridad como el FBI y se explica en parte por el temor de que, si obligan a las compañías a proporcionar acceso a los datos cifrados, los piratas cibernéticos en países como Rusia y China puedan explotar esa apertura, informó hoy el diario The New York Times.
De acuerdo con el rotativo, el consejero delegado de Apple, Tim Cook, dijo a Obama el mes pasado que China estaba esperando a que el Gobierno estadounidense actuara respecto a la codificación de datos para insistir en que las agencias chinas tengan acceso a los dispositivos de Apple, que también están cifrados en China.
Apple, Google, Facebook y Microsoft han alertado de que millones de estadounidenses quedarían expuestos al pirateo de sus datos si el Gobierno les obligara a proporcionarles acceso a su código fuente y sus claves de codificación, mecanismos pensados para proteger la privacidad de los usuarios.
El FBI está especialmente preocupado porque, en los nuevos sistemas operativos del iPhone, Apple no tiene acceso a las claves para descodificar los datos, que quedan exclusivamente en manos de los usuarios mediante los códigos o huellas dactilares que usan para acceder a sus teléfonos.
Tras un año de debate interno, la Casa Blanca decidió la semana pasada que no forzará a las compañías a proporcionarle acceso a los sistemas de seguridad de sus productos, según el diario neoyorquino.
No obstante, el portavoz consultado por Efe sugirió que el Gobierno seguirá pidiendo a las compañías cooperación en las investigaciones de sus agencias de seguridad.
Las revelaciones del exanalista Edward Snowden divulgaron en 2013 que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) analizaba datos sobre las llamadas y las comunicaciones de los usuarios mediante solicitudes de información a las compañías tecnológicas, que desde entonces han insistido en que protegen la privacidad de sus usuarios.