Cornel West es una destacada figura en la lucha contra el racismo y se le reconoce como uno de los líderes que mantiene el legado de Martin Luther King Jr.
Ha sido profesor de las universidades de Yale, Princeton y la Universidad de París, y actualmente enseña en Harvard.
Ha escrito más de 20 libros sobre temas de raza, herencia africana y democracia. También actuó en la película Matrix, y participó como comentarista filosófico de la trilogía que se lanzó en 2004.
West habla en tono provocador y en esta entrevista con la BBC comparte su visión de lo que considera un «experimento social fallido» en EE.UU., el «legado de la supremacía blanca», y su tajante posición frente al presidente Donald Trump y el lenguaje que el mandatario ha utilizado para referirse a los manifestantes que han salido a la calle tras la muerte de George Floyd.
Floyd, un afroestadounidense de 46 años, murió el 25 de mayo en Minneapolis, luego de que un policía blanco le presionara el cuello con su rodilla durante más de 8 minutos.
El hecho ha desatado protestas en decenas de ciudades de EE.UU. y ha revivido el debate sobre el racismo en el país.
Lo que sigue es el resumen de una entrevista que Cornel tuvo con la BBC el 29 de mayo.
El oficial Derek Chauvin enfrenta cargos por asesinato de tercer grado por la muerte de George Floyd. ¿Esto ayudará a que se calme un poco la violencia y responder las preocupaciones de la gente?
En realidad no. Las preocupaciones de la gente son mucho más profundas que eso. No es cuestión de presentar cargos, las personas quieren que se rindan cuentas en términos de condena. Quieren que se asuma una responsabilidad en nombre de aquellos que están matando a sus conciudadanos.
Pero esto es un asunto más profundo. Tenemos seres humanos maravillosos en EE.UU., pero Estados Unidos es un experimento social fallido, hasta el punto en que cuando se trata de personas negras y pobres su economía capitalista falla; el estado militarizado falla; su cultura mercantilista en la que todo y todos están a la venta, falla.
Este fracaso se ha ido desplegando durante 400 años y aunque ha funcionado para algunos, cuando se trata de gente pobre y trabajadora, pero sobre todo gente pobre y trabajadora de color, es un fracaso.
Esto es algo crónico, estamos hablando de algo que tiene raíces profundas. Samuel Beckett estaba en lo cierto cuando decía: «Intenta de nuevo, falla de nuevo, falla mejor».
La historia de EE.UU. lidiando con el legado de la supremacía blanca está fallando, pero tratando de fallar un poco mejor, exigiendo responsabilidad un poco mejor, condenando un poco mejor, pero al final la supremacía blanca cala tan profundo en el país, el capitalismo depredado cala tan profundo en el país…
Es muy difícil para los estadounidenses decentes que realmente odian la supremacía blanca, que son antirracistas, lograr algún tipo de poder, tener algún tipo de organización que permita la transformación fundamental que necesita el imperio estadounidense.
Quisiera leerle un fragmento de un comunicado que publicó el expresidente Obama. Fue un correo que recibió de alguien que dice: «La rodilla en el cuello es una metáfora de cómo el sistema, de manera arrogante, mantiene contenidos a los negros, ignorando sus gritos pidiendo ayuda«. Me destroza, me parece irónico que en EE.UU. ha sido un símbolo arrodillarse y ahora tenemos otro incidente simbólico con una rodilla en la que es asesinado un hombre negro.
Es cierto, me alegra ver que mi querido hermano Barack Obama está diciendo las cosas.
Como sabes, fue un presidente negro, con una fiscal general negra, un director de seguridad nacional negro, y ese fue el contexto para el nacimiento del movimiento de Black Lives Matters, porque cuando tienes rostros negros en altos cargos, ellos no pueden hablar del legado dañino de la supremacía blanca, o de sus conexiones con Wall Street y el militarismo. Entonces, no es solo cuestión de negros profesionales diciendo palabras…
Lo que hemos visto en las calles en Minneapolis es de muchas maneras una denuncia contra los políticos negros, un señalamiento contra los negros profesionales, un señalamiento a la burguesía negra que se ha acomodado al capitalismo depredador, a las estructuras de la supremacía blanca.
No son las palabras bonitas, sino las reformas estructurales, especialmente con el matón neofacista que está en la Casa Blanca.
Cuando Trump llamó «matones» a mis hermanos y hermanas en las calles, yo dije, «no, él es un neofacista, él es quien ha estado usando un lenguaje violento, expresiones de odio y desprecio hacia los mexicanos, los musulmanes, los negros, los gays, las lesbianas». Quiero mantener presente el contexto del lenguaje.
Cuando pasas de Barack Obama, un presidente neoliberal negro que generó un movimiento como Black Lives Matters, con el que los asuntos de clase y pobreza se volvieron cruciales, y luego a un neofacista en la Casa Blanca…tienes al hermano Obama y al hermano Trump aparentemente muy distintos, y aún así mostrando una continuidad cuando se trata de los aprietos de la gente pobre y trabajadora, especialmente negra, especialmente morena.
Estoy seguro de que el presidente y sus seguidores negarán que él es un «matón neofacista«, pero entiendo lo que a usted le preocupa del lenguaje que él usa. ¿Qué le dice a usted la frase que él usó «Cuando comienzan los saqueos, comienzan los tiroteos«?
Ya la habíamos escuchado antes, fue un policía en 1967 en Miami. Fue un jefe de policía que le dijo a un hombre negro: “En el momento en que tú comiences a saquear, comenzaremos a disparar”.
Entonces eso es lo que tú obtienes de un matón neofacista como Donald Trump. Y solo estoy siendo objetivo, un matón es alguien que cree que puede hacer cualquier cosa con impunidad, sin hacerse responsable, eso es Donald Trump respecto a las leyes, respecto al uso del lenguaje, y así sucesivamente.
Él toma ese lenguaje de un jefe de policía profundamente autoritario, xenofóbico y supremacista blanco para hacer ver que va a responder con toda su fuerza.
Esto es cobarde, lo sabemos… hablan este lenguaje de matones, pero cuando se trata de hacerse cargo, individualmente, se rehúsan a hacerlo, les toca poner sus tanques y sus policías.
No tenemos miedo, no estamos intimidados por ese lenguaje, al menos yo no.
Dr. West, debo llamar su atención de nuevo sobre el hecho de que lo llame un neofacista, pero entiendo su frustración.
No digo que tengas que aceptarlo, solo digo que hablo desde mi corazón, en términos de una condición objetiva.
Yo tengo tendencias de matón dentro de mi, tengo una orientación de pandillero dentro de mi, y tengo que luchar contra ellas cada día, es una condición humana, pero algunos, como Donald Trump, tienen menos éxito en esa lucha y son parte de un movimiento de derecha autoritario mucho más grande en EE.UU.