Ya empiezan a circular, por diversos medios académicos y de comunicación social, diversas reflexiones y análisis sobre los impactos del COVID-19 en la educación.
De lo que se trata ahora es de definir las acciones que deben ser ejecutadas para supera las consecuencias negativas que la pandemia ha provocado.
Todas las naciones, incluyendo la nuestra, deberían definir un plan de recuperación con el mayor nivel de detalle posible, cumpliendo con las mejores prácticas internacionales. Dicho plan debería tener tres componentes básicos.
En primer lugar, debemos evaluar la calidad de la enseñanza impartida a todos los niveles educativos en tiempo de pandemia. Seguro que encontraremos muchas oportunidades de mejora.
Diagnosticar es fundamental para elaborar un plan de mejora que pueda recuperar o remediar las fallas que seguro se han presentado por la realidad que superó la capacidad de respuesta de todas las naciones.
Entre otras cosas, hemos aprendido la importancia de una educación presencial, sobre todo en los primeros niveles de enseñanza.
Por otro lado, en dicho plan es importante definir que se quedará aplicado como una lección aprendida válida para la mejora de nuestra educación.
Por ejemplo, en nuestra opinión, hemos podido innovar en muchas formas que antes nos parecían imposibles. El uso de los medios de comunicación y las tecnologías digitales deben permanecer y fortalecerse, aprovechando lo que se ha aprendido.
Por último, está demostrado que las estrategias pedagógicas deben responder a las realidades particulares de cada zona geográfica, centro educativo y tipo de estudiante.
El proceso de diseño de la educación post-pandemia no debe dar la espalda a lo que ya sabemos de una educación de calidad.
Indudablemente las herramientas tecnológicas jugarán un papel de trascendencia en el futuro educativo nacional. No dejemos pasar la oportunidad de aprovecharlas con inteligencia.
Nuestro retorno progresivo, seguro y voluntario a las clases, en estos tiempos especiales, debe reconocer la importancia de transformar digitalmente la educación dominicana. ¡Seguimos!