Es indudable que para todos los dominicanos que el movimiento del 4% representó una de las más importantes iniciativas educativas en la historia de nuestro país. Dicho fenómeno social ha sido uno de los motores de la actual transformación que experimenta nuestro sistema educativo.
También es importante señalar que la firma y puesta en marcha del Pacto Nacional por una Reforma Educativa o Pacto Educativo representa un punto de avance en la implementación de nuestra Estrategia Nacional de Desarrollo, que junto con los planes decenales de educación y el foro presidencial por la excelencia educativa, construyen la base de un mejor futuro para todos.
Si revisamos los compromisos que se establecen en el pacto educativo podemos constatar que la gran mayoría se refieren a la educación preuniversitaria. Es decir, gran parte del esfuerzo que se hace hoy en día en la mejora de nuestra educación está enfocado en los primeros niveles educativos. Esto está sustentado en una estrategia recomendada por expertos nacionales e internacionales y avalada por los organismos ejecutores del pacto. ¿Cuál es el rol de la universidad en dicho esfuerzo?
Es de justicia señalar que ciertamente la universidad dominicana ha estado y está presente en la agenda del pacto educativo. Lo que sería interesante es que las mismas universidades y demás actores de la sociedad informen con mejor claridad a la opinión pública el rol que juega la educación superior en la construcción de un mejor sistema educativo. Solo basta con decir que son las universidades las que forman a los maestros que luego ejercerán docencia en las escuelas que estamos construyendo.
La educación ha estado viviendo su mejor momento en los últimos años de la historia republicana. Su agenda incluye todos los sub-sistemas educativos. Nos toca a las universidades hacer valer nuestra voz en la sociedad dominicana y cumplir fielmente con lo que se espera de nosotros.
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