José Armando Tavarez
Los expertos nacionales e internacionales coinciden en que para garantizar el desarrollo de las naciones en este tiempo es necesario proveerles de las herramientas tecnológicas del siglo XXI. La gran plataforma sobre la que se soporta el progreso social es Internet.
Es por eso que en una agenda de inclusión social es necesario contemplar el cierre de la brecha digital que es en definitiva un aspecto más de la brecha social. Una de las prioridades fundamentales en una agenda de desarrollo social es la posibilidad de brindar acceso a Internet para todos los ciudadanos y ciudadanas de un país.
Así como se da en otros aspectos de la vida humana, también en el caso de conectividad existen desigualdades sociales que no podemos permitir.
No es posible que los ricos puedan contar con buena conexión y los pobres no tengan la posibilidad de disfrutar de las mismas condiciones.
Una de las áreas de actividad humana que puede utilizar Internet como catalizador de desarrollo humano es la educación.
En el caso particular de las universidades e institutos de estudios superiores la realidad es aún más importante.
La educación superior de calidad puede llegar a más personas si democratizamos su acceso mediante la implementación adecuada e inteligente de plataformas tecnológicas basadas en Internet.
En el mundo existen diversas ofertas académicas gratuitas y de altísima calidad de formación técnica y profesional que están al alcance de todos mediante Internet.
Los que no pueden educarse por razones geográficas o de costos podrían hacerlo si logramos darles la oportunidad haciendo uso efectivo de las nuevas tecnologías de la información y comunicación.
Hagamos realidad los sueños que tenemos en este sentido. Debemos garantizar acceso a todos los dominicanos que habitan nuestro querido país. Desde aquellos que viven en Montecristi y Pedernales hasta lo que habitaba Higüey, Samaná o el Distrito Nacional.
