Estamos haciendo educación sexual siempre, tanto con palabras cómo con acciones. Por tanto, los niños aprenden sobre todo de los padres, desde las relaciones afectivas cómo son los besos y abrazos entre ellos hasta con el silencio a preguntas no contestadas.
La sexualidad infantil se desarrolla y expresa a través de la curiosidad, el autodescubrimiento, los juegos y principalmente, la imitación.
Por lo que recomendamos a los padres, fomentar la confianza con sus hijos, de modo que ellos tengan la tranquilidad de abordar cualquier curiosidad o duda sin ser criticados o castigados.
Para esto los padres deben estar informados. De no ser así, tener la valentía de decir al niño, que buscará información para contestarles.
Jamás mentir o desvirtuar información
Los niños a esta edad conocen las diferencias de los cuerpos masculinos y femeninos y de los adultos y ellos mismos.
Al hacer indagaciones debe explicárselo de manera natural y explicitas las razones de estas diferencias, de acuerdo a la edad e interés.
Cada niño tiene dudas, deseos, comprensión, necesidad de respuestas diferentes, esto obliga a tratarlos de manera individual y especial.
Las informaciones y atenciones a sus demandas tienen que ser particulares, ya que nuestro proceder en estos casos, creará una impronta diferente en cada niño, de acuerdo a sus sentimientos, emociones y necesidades.
Propiciar un entorno afectivo, sano, sin perjuicios o estereotipo, enviar mensajes directos y claros, enseñarles a aceptar sus cuerpos, es hacer educación sexual de calidad, permitiéndoles ser adultos viviendo una plena sexualidad.