Hugo López Morrobel
Uno de los puntos nodales en que el deporte debe introducirse a como dé lugar, es la de elevar la educación, en todas sus vertientes, en todos los centros donde se forman los atletas.
No hay duda que parte del fracaso de los atletas, en un gran por ciento , que tienen todas las herramientas para ser estelares, obedece a la precaria, y a veces nula, preparación en las aulas.
Es por ello que satisface que en la actualidad se esté tratando de que esto se haga realidad con la suscripción de acuerdos institucionales entre entidades gubernamentales.
Sin embargo, hay que llamar la atención de que estos pactos en la mayoría de los casos son fallidos, y que otras veces se han querido implementar, pero nunca llegan a materializarse.
Y lo más penoso es que se han realizado planes de todo tipo, en los que se han invertido sumas cuantiosas, pero luego han tenido que ser echados al saco del olvido, como aquellos famosos libros de texto que costaron muchos millones, y luego fueron destruidos porque no podían aplicarse al currículum existente.
Desde hace meses estamos ante la presencia de acuerdos para elevar el nivel educativo de los dominicanos, programas que deben ser aplicados por ligas y clubes.
Esa es una misión que no puede esperar ni un segundo para aplicarse, porque los ejemplos de atletas que no llegan al estrellato, en buena parte obedece al bajo nivel educacional.
