José Armando Tavarez
Desde el principio de los tiempos los seres humanos hemos querido predecir el futuro.
En la antigüedad esa labor la fungían los profetas, hombres o mujeres, que al analizar los “signos de los tiempos” eran capaces de ver más allá que el resto de los mortales.
En la educación sucede un fenómeno similar.
En estos momentos las naciones más importantes de la tierra están revisando sus modelos educativos para hacerlos más actuales y pertinentes. Saben, con proyecciones económicas en mano, que su futuro depende en gran medida de la forma en que eduquen a sus ciudadanos de hoy.
Una de las preguntas que se hacen con más frecuencia tiene que ver con el área profesional que permita asegurar una mejor competitividad y un mayor desarrollo social y económico de sus sociedades.
Las naciones desean mantenerse competitivas y esto no lo podrán lograr si no fomentan las áreas profesionales claves.
Entre las que más se destacan en este sentido son la ciencia, tecnología, matemáticas e ingeniería.
Hablando de esta última área profesional podemos decir que la educación en Ingeniería en todas sus vertientes, desde la informática hasta la industrial, se hace cada vez más importante en estos tiempos tecnológicos.
Educar en Ingeniería es fundamental para garantizar buenos productos y servicios.
Educar en Ingeniería es un arte que debemos desarrollar.
En la República Dominicana hay muchas universidades e instituciones de educación que enseñan Ingeniería.
La oferta académica es amplia, a pesar de que, como sucede en otros países, la demanda no es tan elevada.
La mayoría de los jóvenes de hoy prefieren ser médicos o abogados antes que ser ingenieros.
El mundo experimenta una creciente demanda de ingenieros bien formados.
Nuestro país también tiene la misma necesidad.
Tenemos buenas universidades trabajando en este sentido. Un país lleno de buenos ingenieros es un país con futuro.
