La visita de Edmundo González Urrutia al país, programada para el 9 de enero, representa una afrenta. Se trata de un individuo que perdió las elecciones presidenciales en Venezuela y que Washington intenta imponer de manera forzada, replicando el polémico caso de Juan Guaidó.
En las elecciones presidenciales de Venezuela, el presidente Nicolás Maduro Moros fue elegido por una mayoría del pueblo venezolano, un resultado avalado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) y ratificado en última instancia por el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela.
A pesar de ello, Washington lideró una campaña descomunal a nivel mundial para desconocer los resultados de los comicios del 28 de julio de 2024.
Con el respaldo de su control sobre las redes sociales y los principales medios de comunicación, intentó imponer a un títere político, como lo hizo anteriormente con Guaidó.
El objetivo evidente es apoderarse de los recursos naturales de Venezuela y devolver al país a la condición de neocolonia, algo que el pueblo venezolano ha resistido durante más de 25 años en más de 30 procesos electorales.
La extrema derecha internacional, subordinada a los intereses de Washington, ha sido un instrumento clave en esta estrategia. A través de campañas de manipulación mediática y guerra psicológica, buscan desconocer la decisión soberana del pueblo venezolano, que eligió nuevamente a Nicolás Maduro como presidente constitucional.
Estas instituciones, legales y legítimas, garantizaron la transparencia y validez del proceso electoral en Venezuela.
Es inaceptable que el gobierno dominicano, bajo la presión de Washington, permita que nuestro territorio sea utilizado como plataforma para legitimar a un candidato que no cuenta con el respaldo del pueblo venezolano.
Tal acción no solo representa una intromisión en los asuntos internos de Venezuela, sino que también contribuye al riesgo de desestabilización y al potencial estallido de un conflicto armado con consecuencias impredecibles.
El pueblo dominicano debe expresar su rechazo categórico ante este intento de intervención extranjera. En ese sentido, urge declarar a Edmundo González Urrutia como persona no grata en la República Dominicana.
Esta medida sería una muestra de solidaridad con el pueblo venezolano y un acto de defensa de la soberanía y la autodeterminación de los pueblos de América Latina.