En estos días estuve en mi sección preferida del municipio de Tamboril, Santiago; en donde el agua está haciendo ver la naturaleza como debe ser VERDE. Aunque EDENORTE le apaga la luz a personas vulnerables.
Disfrute mucho compartir con mis familiares y amistades. Todos son especiales.
Viví lo que nunca creía. Visite en Bocas de Licey a una familia de muy bajos ingresos, pero que además, de sus situaciones económicas, también son especiales, si como leen distinguidos lectores. Son dos personas adultos mayores, de 86 y 72 años.
El otro, un joven discapacitado mental. En cuyo caso se violaron las leyes de envejecientes y discapacidad.
Esas personas me contaron que no tenían energía eléctrica en su casa, indague cuál era su situación y al interesarme busque a sus familiares y vecinos para saber cuál era la realidad de esa familia especial.
Ocurre que no tenían los cables para acceder a la energía eléctrica, bueno busque la forma de proporcionarle lo citado. Pero qué sorpresa, al intentar hacer las conexiones de lugar en coordinación con EDENORTE, estos expresaron a la comisión que les visito que estos ciudadanos (ADULTOS MAYORES), tenían una deuda de uno 6 mil pesos. Valla perla distinguidos lectores.
Tras esa sorpresa, estos ciudadanos se marcharon sin esperanza para el señor de 86 años y la señora de 72.
Al ser enterado de lo ocurrido, me traslade a las oficinas de EDENORTE y converse con servicio al cliente, a la cual le explique con detalles sobre las situaciones de esas personas y que a las mismas le protegen dos leyes fundamentales: las de envejecientes y la de discapacidad. Aun así nos hicieron caso omiso.
El señor Porfirio (86 años) quedó en silencio, solo escuchaba lo que yo decía y las respuestas de la joven que nos atendía en servicio al cliente. Al ver la insistencia, esta fue a la encargada del área para explicarle la situación, sin embargo esta no dio respuestas a las necesidades del discapacitado mental y la de los adultos mayores. Qué barbaridad, señores lectores.
EDENORTE no nos escuchó. EDENORTE, solo estaba interesada en cobrar lo “adeudado” y la posibilidad de llegar a un acuerdo de pago. Yo pregunto, donde está la protección a esas personas vulnerables. Que organismo del Estado le dará respuestas a sus necesidades.
Cosas como esas no deberían ocurrir y en caso de suceder se les debería dar la respuesta respetando los derechos humanos.
A esas personas se les están violando sus derechos. Es posible que EDENORTE corrija esa situación, esperemos.