Personas trabajan en la delegación Provincial de Pichincha del Consejo Nacional Electoral ecuatoriano, donde se reciben las actas con los resultados de las elecciones presidenciales 2021, en Quito (Ecuador).
Quito.-Ecuador vive por tercer día consecutivo una tensa espera para conocer al segundo candidato presidencial que pasa al balotaje en abril, entre llamados desde el movimiento indígena a la «gran movilización» y los de distintos poderes del Estado para mantener la calma.
La tensión ha ido in crescendo a la par que se reducía la brecha de votos entre Yaku Pérez (Pachakutik, izquierda ambiental) y Guillermo Lasso (CREO, centroderecha), y este último sobrepasaba este miércoles por primera vez a su rival indígena.
Según la plataforma digital del Consejo Nacional Electoral (CNE), a media tarde Lasso conseguía ponerse en segunda posición con el 19,63% del escrutinio, 0,01 puntos por encima de Pérez que obtenía 19,62%, con la casi totalidad del escrutinio completado (99,82%).
Se trata de un cambio provisional pues aún quedan por contabilizar los votos de 72 actas, y revisar otras 1,102.
Fuera de la puja, el ganador, el correísta Andrés Arauz, ya calificado para segunda vuelta y que ve su cuota en torno al mismo 32 % del lunes.
MORENO ROMPE SU SILENCIO
Rompiendo con un estricto silencio en temas electorales, el presidente Lenín Moreno, que dejará el poder el 24 de mayo, pidió a todas las partes «calma», «paciencia» y «prudencia».
En un video grabado, dijo que la respuesta la tiene el CNE con el acompañamiento de observadores internacionales.
Ellos tendrán que «certificar al país los resultados definitivos», subrayó al instar a ese organismo, los candidatos y la sociedad al «irrestricto cumplimiento a la ley».
Pero, a la vez, invitó al CNE a que «atienda todos los pedidos de revisión que los candidatos requieran».
A su llamamiento se han sumado, en un comunicado conjunto, los jefes de la Asamblea Nacional, el Consejo de la Judicatura y la Función de Transparencia y Control Social.
TEORIA DE LA CONFABULACION
Los temores a una movilización indígena como la que en octubre de 2019 sacudió al país, con una decena de muertos y unos 1.500 heridos, los ha alentado el partido Pachakutik con una convocatoria a una movilización en momentos en que la diferencia de votos entre uno y otro candidato iba cerrándose.
Una «gran movilización nacional en defensa de la voluntad popular y la democracia» y para salir «al paso de las maniobras del pacto oligárquico» entre Lasso, el exmandatario Rafael Correa (2007-2017) y el exdirigente social cristiano Jaime Nebot.
Extraña alianza a priori entre dos conocidos conservadores y su más acérrimo enemigo de izquierdas pero que, en la compleja política ecuatoriana, hasta tiene su razón de ser. Es una mera cuestión de óptica.
Y la de Pérez es muy clara, según explicó a Efe en una entrevista desde Guayaquil, donde se encuentra para supervisar el recuento de unas actas cruciales.
«Para mí está claro. A Correa, el más preocupado, no le interesa que gane porque Yaku no tiene techo. Lasso lo tiene, no ganaría porque tiene antecedentes del Feriado bancario (1999) y de haber cogobernado con el actual Gobierno, el peor de la historia», dijo.
«Por eso buscan a toda costa meter mano en el CNE y enturbiar el proceso electoral», manifestó.
Como respaldo a sus denuncias, inconsistencias numéricas en el escrutinio, ausencia de actas, falta de padrones y disparidades entre los datos introducidos y las actas, que este jueves serán trasladadas a la Fiscalía y la Contraloría del Estado en sendas denuncias.
SONDEOS CON DEMASIADO PESO
El ambiente comenzó a caldearse en Ecuador desde el mismísimo cierre el domingo de los colegios electorales, cuando el llamado «conteo rápido» (un muestra representativa de urnas) puso a Pérez en segunda posición, para sorpresa de muchos que le daban ese privilegio a Lasso.
En realidad, era un empate técnico pues se trataba apenas del 0,2 % de los votos y de un conteo parcial que fue evolucionando a lo largo de la noche, lo que despertó más suspicacias.
La lenta y poco representativa progresión en la extracción de los resultados reales tampoco ha ayudado, pues se ha dejado para revisión final las incidencias en la provincia de Guayas, donde Lasso tiene su bastión.
Los datos de la Sierra, más receptiva de la oferta política de Pérez, salieron antes, y de ahí que en los últimos tres días el líder conservador haya acortado la distancia.
La diferencia de 52,933 votos el martes, comenzó a bajar hasta un mínimo 4,200 este miércoles, obligando a un paro de dos horas en el recuento de actas con incidencias para revisar las denuncias de Pérez. Tras la reanudación, Lasso comenzó a superar a Pérez.
«Las elecciones se ganan en las urnas y hasta que no se termine el escrutinio, entendiéndose esto la revisión de actas con inconsistencias o las del exterior, que todavía no llegan, esto no termina», explicó el vicepresidenta del CNE, Enrique Pita, apuntado en numerosas ocasiones como favorecedor de posiciones de derechas.
NO TAJANTE A LA VIOLENCIA
Argumentos que en nada convencen a un Pérez que, convencido de sus cálculos y proyecciones, y de que las «maniobras» políticas pueden no tener límite en su país, afirma que el CNE «despierta muchas desconfianzas» por su mera composición, dado que Pachakutik no tiene «ni un solo vocal».
«Nos da una (sensación de) impotencia el no tener una persona adentro para ver qué están cocinando. ¡Mucha impotencia!», reconoció a Efe.
Pero exhortó a sus seguidores a no recurrir a la violencia, porque no quiere que «se repitan pérdidas de vidas humanas» como en 2019.
«No agachar la cabeza, pero con la resistencia pacífica», manifestó, y aseguró que agotará todos los recursos legales a su alcance.
Mientras, en los centros del CNE en Guayaquil y Quito varios cientos de seguidores y militantes se concentraron para protestar el fraude, por e momento de forma pacífica.
De lo que no hay duda para ellos es de que el resultado solo puede ser uno: «la votación ya es clara, estamos en segunda vuelta», dijo a Efe Nyau Uyunkar, presidente del Comité Interfederacional, quien pidió al país «tranquilidad» y «no entrar en una desconfianza entre el pueblo».