Economía y Estado en una concepción moderna

Economía y Estado en una concepción moderna

Economía y Estado en una concepción moderna

Daris Javier Cuevas, columnista en el periódico El Día.

Al analizar el surgimiento del Estado moderno esencialmente esto sugiere una profundización objetiva de la nueva representación del poder político que surgió al inicio de la Edad moderna en Europa.

Pues se trata de que el Estado moderno arrastraba una nueva forma política en la cual se fortalecerían las monarquías en deterioro de otros poderes tradicionales de la Edad Media.

El Estado Moderno aparece sobre esa base, a mediados del siglo XV, coincidiendo con el inicio de la Edad Moderna, con el fin de la guerra de los cien años y con el final del proceso de conquista de la península ibérica por los Reyes Católicos.

Luego de estos acontecimientos, el Estado moderno se consolida durante los siglos XVI y XVII, siglos estos en que el nuevo Estado se reflejaba en las monarquías absolutistas imperantes en casi toda Europa, el cual se caracterizaba, principalmente, por la concentración del poder en manos del soberano, generalmente un rey o monarca.

Desde una perspectiva de cientista social, el profesor Juan Bosch se concentró en estudiar a profundidad la concepción de Estado, enfatizando en la diferencia entre gobierno y Estado, así en la como la distribución en tres poderes.

Al respecto, Bosch llegó a la sesuda conclusión de que en los países subdesarrollados la autonomía entre los poderes ejecutivo, legislativo y judicial es una obsesión, ya que en los países donde el desarrollo político es escaso no se percibe la existencia del Estado, al que, generalmente, se confunde con el gobierno.

En su obra el Estado, su origen y desarrollo, Bosch establece la diferencia conceptual entre Estado y gobierno, lo cual no significan lo mismo, aunque el gobierno es el administrador del Estado.

En la obra en cuestión, Bosch enfatizaba que “los gobiernos son pasajeros y el Estado no lo es, por lo menos a corto plazo, sin embargo, lo que hace el gobierno, las responsabilidades que asume, obligan al Estado y este es el responsable de los compromisos que hacen los gobiernos, de ahí es que nace el criterio de que el poder es una sombra que pasa.

Es en tal contexto que para Bosch el gobierno es sólo el administrador del Estado, no el Estado mismo, por tales razones, sostenía que “el gobierno tiene la facultad de hacer los cambios en las personas que desempeñan funciones en el aparato del Estado, sean ellas militares o civiles de cualesquiera categorías, pero no puede desmantelar ese aparato sin provocar hechos graves”.

Más aun, sostenía que “la sustitución del aparato del Estado por uno diferente sólo puede ser llevada a cabo por una revolución victoriosa, y la revolución que no lo hace fracasa rápidamente porque no podría ejercer el poder político si el aparato del Estado no responde a sus órdenes”.

En una forma didáctica, Bosch explicaba los mecanismos de control del Estado, y al ocuparse de lo relativo al poder del Estado, entendía que “la organización política denominada Estado funciona como un aparato de cuyas entrañas surge el poder; y que ese poder reside en la capacidad que tiene éste de quitar la vida o la propiedad”.

Por igual, ocurre con “la de aplastar la libertad, ya sea aplicando la ley cuando esta manda pena de muerte o de prisión, ya sea matando en una guerra contra el pueblo o persiguiendo a sus enemigos hasta obligarlos a conducirse o a entregarse o a refugiarse en otros países”.

En criterios de Bosch, el Estado es también el conjunto de leyes o de hábitos que rige la vida de una sociedad y del aparato de poder que obliga a la sociedad a respetar ese conjunto.

Con esas reflexiones, Bosch reafirmaba sus planteamientos de que “el Estado es uno solo, que es el aparato permanente de poder político, en cuyas estructuras se acumula el monopolio de la violencia en toda sociedad nacional, sea esa sociedad grande o pequeña, poderosa o débil, rica o pobre”, y en ​que el aparato del Estado como poder político se forma con las fuerzas militares, policiales y, después, con la organización civil llamada burocracia.

Bosch fue audaz y cauteloso al analizar e interpretar el rol del Estado ya que sostenía que este debe tratarse en el contexto de la problemática social y económica de cada país y observar de manera objetiva los procesos sociohistóricos, su temporalidad y causalidad de dichos procesos.

En la concepción del Estado moderno, la función de crear las leyes está asignada al poder congresual, sin embargo, este debe tener como fundamento la voluntad de los ciudadanos, que debe limitarse al contexto y existencia de la Constitución, la cual pone límites materiales y formales para establecer normas.

Pero resulta que un Estado moderno requiere una fortaleza institucional con legitimidad de los ciudadanos capaz de promover una sociedad democrática, abierta, participativa y transparente lo que tiende a impactar en una mitigación de la desigualdad y mejorar los indicadores de la calidad de la democracia y la economía.

En virtud de que la economía, la política y la sociedad están entrelazadas, para promover un progreso social y económico, por lo que es inminente que el Estado moderno obliga a sustentarse en una mayor calidad de la democracia y la institucionalidad para alcanzar una economía que beneficie a todos.

 



Daris Javier Cuevas

Economista-Abogado Máster y Doctorado en economía Catedrático de la UASD

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