SANTO DOMINGO.-En un mensaje dirigido al país por motivo del 175 aniversario de la independencia nacional, los obispos calificaron que el antídoto contra la corrupción es actuar con decencia y honradez, y que debe ser un ejemplo de honestidad la fiesta patria y el día del patricio Juan Pablo Duarte.
Apelaron a la sensatez, cordura y al compromiso de toda la ciudadanía, de manera muy especial de los servidores públicos, la clase política y todos los hombres y mujeres de buena voluntad, que se interesan por la buena marcha del país, para que “juntos construyamos una República Dominicana diferente, que respete el supremo valor de la vida, que sea equitativa, donde se combata la miseria con políticas de inclusión de los más pobres en los proyectos de desarrollo.
“Restauremos la confianza, el optimismo y la esperanza de un futuro promisorio. Pedimos al Señor, fuente de toda sabiduría, que ilumine al pueblo dominicano y a todas sus autoridades, en el 175 aniversario de su independencia”, señalan los obispos en su carta.
Impunidad
Criticaron que la falta de un régimen efectivo de consecuencias es un gris mensaje que provoca el desencanto social.
Y sostienen que la impunidad favorece la pobreza, la violencia y cualquier delito, por lo que entienden que no puede prevalecer y, por tanto, debe haber consecuencias contra aquellos que cometen irregularidades y delitos.
Corrupción
Sobre la corrupción, indicaron que son conscientes de que es un gran mal de
de la sociedad y un virus que permea instituciones públicas y privadas.
Calificaron la corrupción como un lastre y veneno que nos atenaza y una estocada mortal al corazón de la patria que se debe prevenir.
Violencia
“¿Cuántos nos hemos visto afectados por ella? Por el robo de una motocicleta, un celular o hasta por un parqueo, provocando muertes lamentables. Por riñas apasionadas e irracionales?, apuntan.
En torno a esa problemática piden prestar toda la atención posible a los altos niveles de violencia que existen a nuestro alrededor, para no convertirlos en un clima irrespirable para la sociedad.
Inseguridad ciudadana
Para los líderes de la Iglesia la inseguridad ciudadana es producto de esa violencia que atemoriza al ciudadano a salir a la calle sin que lo asalten o quiten la vida. Claman porque ese flagelo sea enfocado desde la raíz, para buscar soluciones conjuntas.
Indolencia
Ven como un sentir popular frecuente el vivir de espaldas a las realidades que afectan a los ciudadanos e inciden en el devenir de la gente.
“El cáncer del narcotráfico, la trata de personas y la explotación laboral, son solo algunos casos conocidos que resuenan por momentos. Se percibe cierta dejadez o inercia social siguiendo la corriente, sin esperar ni procurar un cambio”, agregan.
Tráfico de drogas
— Fortalecer lucha
Hicieron un llamado a las autoridades para que se fortalezca la lucha contra el tráfico y consumo de drogas, ya que ese mal se transforma en un detonante que destruye todo a su paso, provocando crisis en las familias, como la salud de los jóvenes.
Piden a países ricos solidaridad con Haití
Crisis. Los integrantes de la Conferencia del Episcopado expresaron preocupación por la situación que vive Haití, y recordaron que es indiscutible la ayuda que el pueblo dominicanos ha dado y seguirá dando a la vecina nación, pero “reclama la solidaridad de la comunidad internacional, sobre todo de las naciones ricas y poderosas, que le ayuden a salir de su situación y es necesario que Haití asuma su responsabilidad”.
Indicaron que el Estado está obligado a asumir sin demora y con seriedad el fortalecimiento en la aplicación de las leyes migratorias en el país.