Ébola...

Ébola…

Ébola…

Dunia De Windt

 
Ciertos países ahora se interesan por el ébola que no es novedad.

Recientemente, leí en un reportaje del periodista español Xavier Aldekoa que en el año 1994, cuando el ébola golpeó por primera vez una comunidad bakola en la selva de Gabón, sus habitantes recibieron al virus mortal como si fuera un viejo conocido. Sólo que ébola era un término nuevo de hombres blancos. Para ellos era ezanga.

En la cultura de este pueblo pigmeo, los ezanga son vampiros o malos espíritus con forma humana que devoran los órganos de las personas que no comparten sus cosas con los demás. Había otra conexión con el virus tal y como lo conocen los científicos: los ezanga podían convertir a las personas en gorilas, chimpancés u otros animales. Algo que cuadra con el hecho de que el ébola se transmite en zonas apartadas cuando los humanos comen carne de un animal infectado, normalmente un mono o un murciélago. El ezanga era el ébola. Desde la primera epidemia registrada en el año 1976 han muerto, siempre en África, 2,477 personas por ébola, 887 de ellas en la actual crisis de Guinea, Liberia, Sierra Leona y Nigeria.

Es importante señalar que la cifra de fallecidos está lejos de las otras desgracias que tiene este continente, el año pasado murieron cada día 1,726 personas por malaria y 4,110 por causas relacionadas con el sida, tragedias sumadas al Ébola entre otras más, olvidada por las grandes empresas farmacéuticas. Los síntomas de ébola, con hemorragia interna y tienen sumida a la población en un pánico terrible. Uno se pregunta, ¿por qué las grandes empresas farmacéuticas no se han empeñado antes a fondo en paliar esta desgracia? No es en Europa que sucede o en Estados Unidos.

En ese reportaje que leí citan que incluso antropólogos investigan la manera de cómo enfrenta cada población esta epidemia. Estamos hablado de un continente inmenso, rico en costumbres, culturas, creencias, idiomas, dialectos y que cada grupo poblacional es un mundo comparado con el otro y hay que ser muy cautelosos.

Investigando encontré algo interesante y desgarrador, en enero, la farmacéutica canadiense Tekmira anunció que bajo el contrato de investigación con el Departamento de Defensa de Estados Unidos ha hecho la primera prueba en humanos de su antídoto antiébola: TKM-Ébola. El 5 de marzo Tekmira hizo público que ha recibido un “fast track” para acelerar su investigación.

El contrato es de 140 millones de dólares. Días después Guinea comunicó a la Organización Mundial de la Salud que hay un brote de ébola en su país. Este martes, en Texas, Mark J. Murray, presidente de Tekmira, dijo que le “complace informar que los nuevos datos demuestran la supervivencia en los primates tras haberle inyectado dosis letales. La plataforma antiviral aplicada incluye el antídoto antiébola”. En el último trimestre las acciones de la canadiense Teckmira se han disparado.

CNN reportó que dos estadounidenses que fueron infectados con el virus en Liberia fueron tratados con un medicamento hecho por la compañía Mapp Biopharmaceutical, con base en San Diego. Las acciones de Tekmira, que ganaban 26%, borraron su avance tras el reporte de CNN.
La vida a veces importa y otras no tanto….



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