Madrid.- “Voy a seguir cantando hasta que Dios me lo permita”, asegura el cantante Dyango, que, a sus 77 años, ve “imposible” dar el paso de dejar la música. Como muestra de ello, su último álbum, “Y ahora qué”, con el que alcanza la cifra de 54 discos publicados y evidencia que, “musicalmente”, no está mayor.
Así lo afirma en una entrevista con Efe el artista, nacido José Gómez Romero (Barcelona, 1940), quien se define como “un sentimental tremendo” que, durante su extensa trayectoria musical, no ha sabido “hacer otra cosa que cantarle al amor».
“El amor es lo más grande de este mundo, es lo más grande que tenemos y, seguramente, en muchas ocasiones lo descuidamos tremendamente”, añade el cantante, que lanzó su último trabajo, “Y ahora qué” bajo el sello Auvi Records el pasado abril en formato digital y la semana pasada en soporte físico, acompañado de un documental que muestra cómo ha sido el proceso de grabación.
En este nuevo proyecto, Dyango se ha rodeado de gente “mucho más joven” y “con las ideas muy claras” que tienen, según explica, “el mismo sentimiento, la misma manera de sentir las cosas” y la misma forma de “amar la profesión».
Por eso hay en “Y ahora qué” aires modernos y renovados, que respetan el estilo clásico del intérprete, famoso por éxitos como “Corazón mágico” o “Esta noche quiero brandy».
Y es que, aunque Dyango dice sentirse “mayor”, garantiza que “musicalmente”, no se siente así- “Al que cante mejor que yo le doy un premio”, bromea el artista, que precisa que fue músico antes que cantante porque estudió desde los ocho años.
“La música para mí no ha tenido secretos para nada y he sido muy feliz con ella”, insiste Dyango, muy seguro de sí mismo y de su público también cuando señala que ha tenido la suerte de ser “uno de los cantantes más apreciados y una de las voces más queridas” de toda Latinoamérica y de España.
Dejar su profesión ahora le parece impensable porque ama la música “demasiado” y porque, puntualiza, “sería imposible” para él dar ese paso».
Lo dice porque lo sabe bien, ya que trató de retirarse en 2014 para disfrutar más de la tranquilidad, hasta que se dio cuenta de que “la música siempre ha estado presente” en su vida y de que es difícil escapar de los escenarios.
“Intentaba poder reducir un poco el ritmo frenético de las actuaciones, pero me ha costado tanto, tanto, que ha sido imposible. Es difícil deshacerte de lo que has podido hacer durante tantos años”, explica el artista y revela que ya hay una gira planeada para presentar su próximo disco, con la que viajará hasta Latinoamérica para encontrarse con un público que lo aprecia.
A ellos les dedicará tanto sus nuevas canciones como sus grandes éxitos “de toda la vida”, que son los que, subraya, más le piden, y con los que se despierta aún más la nostalgia que ya reside en él, que piensa mucho “en el pasado, en lo que fue y en si estuvo bien o estuvo mal».
Además de esa nueva cita con los escenarios, hay otra pasión que aviva su inspiración y que ocupa parte de su tiempo, la pintura.
“Cuando no canto, pinto y es tan hermoso como salir a un escenario”, apunta Dyango, convencido de que en el arte tiene “una facilidad tremenda” para poder hacer cosas que le han gustado y que han llegado a gustar a los demás.
No se valora, sin embargo, como “un gran pintor” pero sí se considera “un gran cantante, un gran decidor de la canción”, que es, para él, lo más importante en su profesión, ya que “se puede tener una buena voz, pero si no sabes decir la canción, no sirve para nada».
“Yo eso lo he tenido y, como me sigue gustando la música y Dios me da la facultad de poder aguantar fácilmente, ahí estoy yo”, asevera el cantante.