MIAMI.-Hay dos cosas que Dyango tiene muy claras: está cansado de viajar por el mundo para dar conciertos, y desea empezar a disfrutar de las cosas pequeñas que le ofrece la vida.
Luego de una trayectoria de 50 años en la música ha dicho basta y se despide, con una última gira, que comenzó en febrero en Argentina y terminará a comienzos del 2015 en México. “Me retiro porque tengo 74 años, son muchos años”, manifestó el cantante español entre risas en una entrevista telefónica reciente con The Associated Press.
“Las giras están muy bien cuando eres joven, pero cuestan hacerlas cuando ya eres mayor… Después hay otra cosa: luchas en tu vida para tener una casa hermosa, otra casa en la costa, una barquita, y lo que menos haces es disfrutar todo lo que has conseguido. Porque si siempre estás trabajando…”, añadió. Con “Gracias y adiós” ya pasó por Argentina, Chile y Uruguay.
En total recorrerá 14 países, y entre ellos faltan Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Nicaragua y Panamá.
El 13 de septiembre se presentará en Miami. El 28 de enero del 2015 será su última actuación, en la Ciudad de México. Aunque Dyango anunció su retiro, aclaró que sólo abandona las giras.
Continuará grabando discos, pero “todo va a ser más relajado”, con más tranquilidad y las pausas que considere necesarias.
La música ha sido tan importante en su vida que si bien quiere dedicarle menos tiempo, por momentos da la impresión de que duda si podrá conseguirlo.
“Hay una fuerza mayor en mí que hace amar la música más que nada en este mundo, y que a lo mejor hace que cuando me retire del todo me arrepienta y no pueda hacerlo y tenga que volver”, admitió el catalán, que adoptó su nombre artístico como un homenaje al guitarrista belga de jazz gitano Django Reindhart. Su verdadero nombre es Josép Gómez Romero.
“Puede pasar cualquier cosa. Porque yo a la música no la dejo. Yo grabaré, seguiré con esto. Lo único que dejo, o que quiero dejar, son las grandes giras que he hecho durante estos 50 años”, recalcó el intérprete de éxitos como “Esa mujer”, “Por volverte a ver” y “La radio”. En 1976 Dyango grabó “Nostalgias”, una canción que le permitió llegar a los amantes del tango.
Su repertorio ha incluido también boleros, rancheras, canciones propias y hasta piezas líricas. El tango, sin embargo, ha sido fundamental en su carrera, de la misma manera que Argentina.
“Argentina ha sido mi vida prácticamente. En Argentina me dieron mi primer disco de oro, que es el más valioso, el que uno lucha tremendamente para llegar a conseguirlo. Empecé a ser popular en este país y de ahí fui saltando a los demás países”, recordó con cierta nostalgia.
Y si bien ha grabado duetos y ha cantado con numerosos artistas — entre ellos Paco de Lucía, Rocío Dúrcal, Celia Cruz, Oscar D’León, Pimpinela, el tenor Jaume Aragall y Omara Portuondo — recuerda con especial cariño los momentos que vivió sobre y fuera del escenario con Roberto “Polaco” Goyeneche, quien falleció en 1994.
“Aparte de ser los dos cantantes tangueros, había un amor tremendo. Me acuerdo los vasos de Hesperidina que llegamos a tomar, me acuerdo cuando él, que era un comediante, se levantaba y pegaba con la cabeza en la pared y decía, `cómo puede ser que este gallego venga a enseñarnos a cantar tango’.
Eso nos decía en broma, él era el mejor de todos”, manifestó sobre sus encuentros con el argentino. (La Hesperidina es un aperitivo con alcohol a base de corteza de naranjas amargas).
Con transparencia y sinceridad, Dyango admitió que la música le ha quitado “muchas cosas, cosas que la gente ha podido disfrutar y que el artista con sus éxitos, con su parafernalia y con su dinero incluso no tiene tiempo para llegar a disfrutar todo eso. Principalmente la familia”.
Y aunque no se arrepiente de nada, quiere ahora aprovechar para hacer al menos parte de lo que no ha podido en estas cinco décadas.
“Disfrutar de las cosas sencillas; en mi casa por ejemplo. Compré la casa que para mí era una delicia, era un bosque de jardines y de todo y … Disfrutar”, dijo al ser consultado sobre lo que quiere hacer cuando abandone las giras de conciertos.
La casa, explicó, la compró hace 29 años en las afueras de Barcelona, España, y casi no ha podido vivirla.