Un evento catastrófico para toda mamá y papá es que su bebé muera mientras duerme. Hace muchos años viví esta desgarradora experiencia con una de mis mejores amigas.
En ese entonces trabajábamos juntas. Ella reingresó de su licencia postparto. Un día de esa misma semana, la persona que la apoyaba en casa la llamó: algo pasaba con su hermoso bebé. Era varón. Fueron días extremadamente tristes aquellos.
El Síndrome de la Muerte Infantil Súbita (SMIS) se da en infantes de menos de un año de edad y, sobre todo, en varones de dos a seis meses de edad. Hasta ahora no se conocen las causas aunque sí se han dado a conocer directrices a madres y padres para prevenirla.
El duelo por SMIS es especial y, muchas veces, se puede complicar.
Uno de los autores más autorizados en el tema del duelo, el psicólogo J. William Worden, dice que existen varios factores que complican el duelo por SMIS.
“En primer lugar, la muerte se produce de improviso en niños que parecían sanos; al producirse de una manera repentina no hay oportunidad para prepararse para la pérdida, como en el caso de bebés o infantes que mueren de alguna enfermedad progresiva”.
En su libro “El tratamiento del duelo”, Worden precisa que otro factor es la ausencia de una causa clara, puesto esto genera mucha culpa y vergüenza. “Los familiares y amigos se preguntan ‘¿por qué ha muerto el bebé?’ . La ausencia de una respuesta clara alimenta la sospecha de que la madre o el padre haya sido negligente”.
De acuerdo con Worden, otro problema es el impacto del SMIS en los hermanos “no es raro que un niño sienta celos cuando llega otro bebe a la familia y cuando el bebe muere pude sentir remordimiento y culpa”. En un estudio de hermanos de niños fallecidos por SMIS, realizado en Estados Unidos, se encontraron “niveles elevados de agresividad, depresión, retraimiento social en los que tenían de cuatro a 11 años de edad, dos años después de la muerte del hermanito”.
Divorcio. La probabilidad de que una pareja que sufra esta pérdida se separe es muy elevada, afirma Worden. “Después de la muerte las tensiones entre las parejas crecen y puede que ya no tengan relaciones sexuales por miedo a un embarazo y a que la experiencia se repita. La mujer puede pensar que a su marido no le importa mucho la muerte porque no llora cuando lo hace ella, pero muchas mujeres no se dan cuenta de que su marido no llorar porque no quiere entristecerla o porque se siente incomodo”.
Estos malos entendidos –precisa Worden- pueden generar mucha tensión en una pareja y son un ejemplo de la ruptura de la comunicación que se produce cuando uno de los padres sufre tanta presión. “Muchas veces no soy hay tristeza, también hay mucha ira”.