Dramas

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Dramas

Lily Montaño.

Alguna vez me he preguntado y quizá usted también ¿Por qué nos sentimos tan atraídos por el drama? Es como si en todo importara más la parafernalia que lo rodea, que la situación o el hecho en sí.

Las emociones exacerbadas, el histrionismo y el morbo se convierten en poderosos aditivos para recrear la novela de la realidad.

Es tan poderosa la adicción al drama que los monosílabos ante una pregunta cerrada se tiñen de explicaciones, cuando no de grandilocuentes discursos y también de distorsión de la realidad.

Un polo extremo sería el convertirse en el que siempre quiere llamar la atención, convirtiéndose en la eterna víctima y a la vez en manipulador para conseguir sus objetivos.

Y muchas veces nos situamos como los protagonistas permanentes de una tragicomedia donde siempre somos los que más cargamos y el “pobrecito de mí”  se hace constante y se torna como excusa para no cumplir ni asumir la responsabilidad, lo cual se convierte en una excelsa representación.

lilymontanogrullon@gmail.com