Dos vicios innecesarios

Dos vicios innecesarios

Dos vicios innecesarios

Rafael Molina Morillo, director de El Día

“No somos responsables del contenido que publicamos”. Dicha así o con otras palabras, la frase se repite al pie de muchas publicaciones, al final de un largometraje o como preámbulo de no pocos programas de radio o televisión, como si con ello se vacunaran para no ser perseguidos en caso de incurrir en el delito de difamación o injuria.

Están equivocados. Cada uno es responsable de sus actos y si yo repito una difamación contra alguien, soy tan culpable como el que la originó, aunque yo me haya curado en salud anticipadamente.

Otro vicio corriente consiste en aclarar, como lo hacen muchos, que se ha cumplido el requisito de registrarse en el Ministerio de Interior y Policía antes de iniciar la publicación de una revista o un periódico nuevo, como lo indica la vigente ley 6132 sobre libertad de expresión. Sostengo que es un vicio improcedente, porque, aunque esté consignado en la susodicha ley, es un trámite inconstitucional que atenta contra el principio de la libre expresión del pensamiento.

De modo, pues, que ya es hora de que nuestras publicaciones impresas o digitales, así como los programas de radio y televisión, y las películas, paren de seguir incurriendo en estos dos vicios absolutamente innecesarios.



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