Dos en un motor

Dos en un motor

Dos en un motor

Elías Brache

En la pasada semana, circuló una versión de que las autoridades de tránsito terrestre prohibirían que dos personas transitaran en una motocicleta, de hecho, algunos diarios se hicieron eco. Finalmente, el ministro de la presidencia, Gustavo Montalvo, desmintió la iniciativa o quién sabe si ordenó su no aplicación.

Montalvo mismo consideró la iniciativa nociva, al expresar lo siguiente, según el periódico El Día:

“Hay que considerar que existen decenas de miles de padres de familia para quienes la motocicleta es el único vehículo que tienen para transportarse ellos y sus familias….Gustavo Montalvo agregó que estas personas utilizan la motocicleta para llevar a sus hijos a la escuela o a sus esposas a su lugar de trabajo”.

Veamos pues:

Lo primero que hay que dejar claro es que prohibir que dos personas transiten en motocicleta no es una idea innovadora, ya en países como Honduras, Colombia, Guatemala, El salvador, Argentina, México y otros se ha implementado o intentado implementar la misma.

Los resultados han sido básicamente los siguientes:

Honduras recurrió a la iniciativa en el año 2011 con un decreto que sólo permitía el transporte de un hombre y una mujer, o un hombre y un menor de 12 años. Precisamente el pasado 6 de Marzo del 2016 suavizó la medida y permitió que en las zonas rurales, donde no se hayan realizado actos de sicariato, se pueda transitar dos hombres en motores. En total, 268 municipios quedaron exonerados de la medida y la misma sólo se aplica en 30.

Aún después de estas reglamentaciones, si bien las autoridades hondureñas han declarado que los crímenes en motocicletas disminuyeron, declaración que ha sido cuestionada, Honduras continúa como el o uno de los países más violentos del mundo.

En Colombia, también se intentó hacer lo propio, específicamente en Medellín. La Alcaldía prohibió la circulación de dos personas en motocicletas en Diciembre del año 2012 y Enero 2013, esta medida se entendía como provisional y luego se intentó hacer permanente, frente a esto se pronunciaron los tribunales.

Así pues, en Septiembre del año 2014, la sala tercera de oralidad del tribunal administrativo, confirmó un fallo del juzgado cuarto administrativo y expresó:

“Esa vocación de permanencia de la medida correctiva, la convierte en desproporcionada frente a los objetivos perseguidos, pues de paso afecta valores y principios constitucionales que protegen el núcleo esencial de los derechos a la libre circulación y residencia”.

La providencia concluye aseverando que la medida resulta ser contraria a la Constitución “pues el derecho del gran número de personas que se desplazan como acompañante en una motocicleta y que lo hacen sin el ánimo de cometer algún ilícito no puede verse afectado por el hecho de que algunas personas utilicen este medio para fines delictivos”.

Aquí queremos hacer un paréntesis para expresar que coincidimos plenamente con estos considerandos de los magistrados colombianos.

Retomando la idea, en Guatemala la iniciativa se intentó poner en práctica y no prosperó. Es legal que dos personas viajen en motocicleta, ¡curiosamente hacen la salvedad de que sólo dos!

En El salvador, se sopesó la medida y tampoco se puso en funcionamiento.

En Argentina, se intentó poner en práctica la medida y no logró el apoyo necesario.

En México, se obliga a los motoristas al uso de chaleco, y a principios de este año la comisión estatal de derechos humanos (CEDH) solicitó que la medida de uso de chaleco con identificación sea derogada por discriminatoria.

En definitiva, no existe un sólo estudio que soporte la medida como exitosa, y los que así lo afirman no lo hacen desde una posición independiente.

Pero vayamos al caso de República Dominicana, tal como dijo el ministro Montalvo, ¿por qué condenar a un esforzado hombre de trabajo, a no poder transportar su esposa a su puesto en un mercado, o a su hijo adolescente a Infotep?

¿Por qué encarecer el costo del transporte de las ya exprimidas familias pobres de nuestro país?

La inefectividad de las medidas contra la delincuencia no pueden ser combatidas con radicalismos que afecten a inocentes ciudadanos, más aún, el criminal no utiliza un sólo medio para hacer sus fechorías. Si prohibieran el uso de motores, pues cambiaran a carros, o peor aún, decidirán entonces robar en las casas o quién sabe qué otra forma de delito, pues lo que se estaría haciendo es supuestamente limitar un medio pero no el crimen en sí.

Un bloguero, mientras realizaba mi investigación para esta columna, dio en el clavo cuando dijo:

“No es el motor que mata, es la pistola”.

Por demás, en República Dominicana, el ejemplo de la regulación en la importación de armas sirve de apoyo a los que nos oponemos a la torpe medida de prohibición de dos personas en motocicleta, pues la regulación de armas sólo hizo encarecer el costo de las mismas y no ha reducido el crimen en modo alguno. Los delincuentes simplemente se las agencian para conseguirlas, a veces matando a su portador.

La fiebre, amigos, no está en la sabana.

Este es un tema con mucha tela donde cortar, mientras tanto nuestra opinión es que la iniciativa contra los motoristas no solucionaría nada y por demás hará más miserable y costosa la vida de los que menos tienen.

La delincuencia requiere, de mucho más que una iniciativa aislada y cuestionable proveniente de una dependencia de un ministerio. Requiere de un plan integral que surja al más alto nivel, de políticas que conlleven a hacer la dominicana, una sociedad de oportunidades y esperanzas, de una labor de creación de nuevas generaciones de hombres honestos desde primaria en las escuelas, y de servidores públicos que con su ejemplo dicten las pautas de una sociedad que observa e imita a sus líderes.

El problema no son dos en un motor.



Elías Brache

Licenciado en Derecho Cum Laude (UNPHU) con estudios de Especialidad en Gobierno y Politicas Publicas (FLACSO) ha ocupado diferentes posiciones dirigenciales en su vida privada y publica incluyendo las de Vice Canciller de la Republica y Gerente del Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (INDOTEL).