Las buenas maneras tienen sus reglas, las cuales se aprenden en el hogar y se perfeccionan en los cursos de etiqueta y protocolo.
Se trata de normas muy precisas a través de las cuales usted puede determinar el grado de educación de las demás personas.
Esas reglas se aplican prácticamente a todas las actividades de la vida humana, entre ellas a las comidas formales.
Se sabe, por ejemplo, que el agua o el vino que a usted le corresponden están a su derecha y el pan a su izquierda, así como los cubiertos tienen cada uno su sitio y los diferentes platos deben serle ofrecidos por el camarero por su lado derecho y retirados por el izquierdo.
Todo parecía estar previsto, hasta la aparición en escena del omnipresente teléfono celular.
Resulta que cada vez más el celular sirve para realizar las más diversas tareas y se ha convertido en compañero inseparable de damas y caballeros, al grado de que no puede dejarse de tomar en cuenta, ni siquiera en una comida formal.
La inquietud está planteada en una carta dirigida al periódico español El País por una lectora que pregunta: “Para la cena de Navidad ¿el móvil va a la izquierda o a la derecha del plato?”.
“Puedo imaginar – escribe la dama citada- lo que pasará en esta cena o comida navideña, ya que ha sido la tónica de los últimos años: algunos hablando, otros texteando, aquellos chateando y otros sacándose selfies para competir en Instagram”. ¡Feliz Navidad!