Donald Trump estuvo protegido por láminas de cristales antibalas durante el mitin de Asheboro, en Carolina del Norte.
Washington.-El expresidente estadounidense y candidato republicano, Donald Trump, celebró ayer con una seguridad reforzada su primer mitin al aire libre desde su intento de asesinato del pasado julio.
El escenario elegido fue la ciudad de Asheboro, en el estado clave de Carolina del Norte y donde Trump estuvo protegido por láminas de cristales antibalas. Pese a las medidas extra de seguridad, en un momento de su intervención abandonó levemente ese espacio protegido para ir a abrazar a una mujer del público que se había sentido indispuesta.
El acto estuvo centrado en la seguridad nacional y lo aprovechó para alegar que Estados Unidos era más fuerte bajo su mandato y para subrayar que guerras como la de Ucrania no habrían sucedido de seguir él en el poder: “Mi actitud nos mantenía fuera de las guerras. Yo paraba guerras con llamadas de teléfono”, dijo.
Trump repitió su denuncia de que el actual presidente, Joe Biden, y la vicepresidenta, Kamala Harris, “nos están llevando al precipicio de la III Guerra Mundial”.
Él, según afirmó, devolverá la paz al mundo.
El exmandatario también incidió en la promesa de erigir en Estados Unidos una Cúpula de Hierro como la israelí.
“Ayudamos a Israel y otros países.
(El expresidente) Ronald Reagan la quiso hace muchos años. Tenía razón, pero entonces no teníamos la tecnología adecuada. Hoy contamos con una tecnología increíble. Otros países la tienen y este país debería tenerla”, sostuvo.
El magnate neoyorquino, de 78 años, resultó herido en una oreja el pasado 13 de julio después de que un joven le disparara en un mitin en Butler (Pensilvania).
El agresor se encontraba en un tejado de un edificio situado fuera del recinto en el que se celebraba el acto político y, antes de ser abatido por las fuerzas del orden, mató a una persona del público e hirió a otras dos.
Contra ataques de Israel
En tanto, la oposición al apoyo de Estados Unidos a Israel se hizo espacio en la convención demócrata en Chicago, encarnada en una treintena de delegados que decidieron no darle su voto a Kamala Harris, en un gesto simbólico con el que esperan llamar la atención de los votantes y la campaña.
El grupo, que se define a sí mismo como un movimiento “antibélico”, se sentó ya a la mesa con el campaña de Harris para que se escuchen sus ideas y logró convencer a más de 200 delegados de los más de 4.500 que votaron por la candidata demócrata a pronunciarse a favor de un cese al fuego permanente en la Franja de Gaza y a congelar el envío de armamento a Israel.
En el escenario de la convención, donde se ha insistido en proyectar una idea de “unidad”, figuras como el propio presidente Biden, quien dijo que los que protestan “tienen razones” para hacerlo; o el senador progresista Bernie Sanders, que pidió un alto el fuego entre vítores, enfatizaron en estas ideas.
Sin embargo, no se habla de retirar el apoyo al Gobierno de Benjamín Netanyahu, una de las demandas principales de la oposición propalestina.
Obama con Kamala
— Apoyo
Barack Obama, hijo adoptivo de Chicago, pidió a Estados Unidos que abra un “nuevo capítulo” para llevar a la vicepresidenta y aspirante demócrata Kamala Harris a la Casa Blanca y dejar atrás la oscuridad de la era de Donald Trump.