Esta semana, el Congreso de Estados Unidos ratificó la victoria del demócrata Joe Biden en una jornada en la que tuvo que detener durante horas su reunión por el asalto al Capitolio protagonizado por simpatizantes del presidente saliente y que dejó cuatro muertos.
CHICAGO.-Al tiempo que la presidencia de Donald Trump llega a su fin, su gobierno intensifica el ritmo de las ejecuciones federales pese a un aumento en los casos de coronavirus en prisiones, anunciando planes para cinco a partir del jueves y que concluirán pocos días antes de la juramentación del 20 de enero del presidente electo Joe Biden.
En caso de que las cinco se ajusten a lo planeado, serán 13 las ejecuciones desde julio, cuando el gobierno republicano reanudó las ejecuciones de reos tras una pausa de 17 años y cimentará el legado de Trump como el presidente con mayor número de ejecuciones en más de 130 años.
Dejará la presidencia después de haber ejecutado a cerca del 25% de todos los presos federales en pena de muerte, pese al poco apoyo a la pena capital tanto entre demócratas como republicanos.
En una entrevista reciente con The Associated Press, el secretario de Justicia William Barr defendió la extensión de ejecuciones hasta el periodo postelectoral, señalando que él probablemente programará más antes de dejar el Departamento de Justicia.
El gobierno de Biden, dijo, debería llevarlas a cabo. “Pienso que la manera de acabar con la pena de muerte es revocar la pena de muerte”, afirmó Barr. “Pero si se le pide a los jueces imponerla y los jueces la imponen, entonces deben cumplirse”.
El plan rompe con una tradición de presidentes salientes de deferir a los presidentes entrantes la política sobre la que difieren tan marcadamente, dijo Robert Durham, director del Centro de Información sobre la Pena de Muerte, sin afiliación partidista.
Biden, un demócrata, se opone a la pena de muerte, y su portavoz dijo a la AP que él luchará para poner fin a la pena de muerte cuando asuma la presidencia.
“Resulta difícil de comprender por qué alguien, en esta etapa de la presidencia, se siente obligado a matar a toda esta gente. especialmente cuando el pueblo estadounidense votó por alguien más para que lo reemplace y esa persona ha dicho que se opone a la pena de muerte”, señaló Durham. “Esta es una total aberración histórica”.