Miami. – «Sábado Gigante, hasta siempre», fueron las últimas palabras del presentador Don Francisco al bajar el telón este sábado del programa que condujo por 53 años y que llegó semanalmente a millones de telespectadores en Estados Unidos y América Latina.
Las tres horas y media del «Sábado Gigante» final sirvieron para que Don Francisco recorriera los mejores momentos del programa, agradeciera a personajes que lo acompañaron por décadas y recibiera homenajes, condecoraciones y mensajes de agradecimiento de artistas como Shakira y hasta del presidente Barack Obama.
«La vida continúa y por eso al terminar solo quiero decir: Sábado Gigante, hasta siempre», se despidió Don Francisco, el personaje jovial y de portentosa voz que desde hace medio siglo encarna el chileno Mario Kreutzberger, de 74 años.
«Es difícil despedir un programa, que es parte de mi vida», había dicho minutos antes desde los estudios de Univisión, el canal hispano líder en Estados Unidos, ubicados en Miami, Florida (sureste).
«Por décadas has ayudado a millones de estadounidenses a entender que la familia es lo primordial», dijo Obama en su mensaje grabado.
La primera dama Michelle agregó: «Para muchos estadounidenses las noches de los sábados no serán lo mismo sin ti».
«Te agradezco inmensamente el apoyo en las buenas y en las malas», señaló el cantante colombiano Juanes, uno de los artistas que pasaron por el plató.
Shakira, Enrique Iglesias, Marc Anthony, Plácido Domingo y Emilio y Gloria Estefan se turnaron para agradecer en vivo o con mensajes grabados a Don Francisco, cuyo programa llegó a ocupar el primer lugar de sintonía entre los hispanos en Estados Unidos la noche de los sábados con 2 millones de televidentes.
Emocionado, Don Francisco agradeció a todas las personas que hicieron posible el show de variedades que detenta el récord Guinnes por mayor longevidad, pero especialmente al «corazón de este programa, el público, que nos ha regalado 53 años».
«Sábado Gigante» se inauguró el 8 de agosto de 1962 en blanco y negro. En 1986 se trasladó a Univisión, desde donde llegó al público hispano en Estados Unidos y a muchos países latinoamericanos, para convertirse en una verdadera institución de la televisión en español.
«Sábado Gigante» ofreció a varias generaciones de latinoamericanos e hispanos en Estados Unidos una peculiar mezcla de espacios de concursos, humor, música y entrevistas a artistas de moda, presidentes estadounidenses como Barack Obama y George W. Bush y políticos latinoamericanos.
Fiel a su estilo, durante el último programa Don Francisco rifó tres automóviles, relató la historia de una niña que superó un cáncer, cantó, se colocó sombreros estrafalarios y propició el reencuentro de un padre con su hija tras un cuarto de siglo separados.
En el programa se despidieron personajes emblemáticos como «La Cuatro» y «El chacal de la trompeta», que junto a espacios como «El detector de mentiras» y concursos con mujeres en traje de baño como «Miss Colita», fueron parte esencial del show.
Don Francisco fue objeto de reconocimientos, entre ellos uno del Congreso estadounidense y otro de la Organización Panamericana de la Salud, por sus aportes a los hispanos.
En la audiencia se encontraba su familia: su esposa, con la que ha estado casado por 53 años, sus tres hijos y ocho de sus nueve nietos.
Pero Kreutzberger, aún con contrato con Univisión, no se retira, dijo en rueda de prensa tras el final de la transmisión.
Anunció que estudia nuevos proyectos televisivos, como un espacio de entrevistas. «Yo no les podría garantizar a ustedes si lo que voy a hacer va a tener el mismo éxito, menos éxito o más éxito», pero «soy una persona que tiene experiencia», dijo.
Por lo pronto viajará a Chile para producir la Teletón.
Don Francisco «es un ícono del entretenimiento, es una representación del latino en Estados Unidos y en el mundo», dijo a la AFP la venezolana Tamara Fournel, de 44 años, que estuvo entre la audiencia del último programa.
Pese a su popularidad, «Sábado Gigante» no estuvo exento de polémica y fue blanco de críticas por los espacios con mujeres en escasa ropa o por chistes tachados de homofóbicos.
Kreutzberger siempre se defendió alegando que su programa ofrecía lo que el público quería ver, a la vez que citaba la necesidad de pelear por el ráting.
«Este programa se quedó en el corazón de mucha gente, algunos también lo encontrarán muy malo y estarán felices de que se haya terminado, pero no creo que haya sido la mayoría», agregó Kreutzberger en la rueda de prensa.