El calor en partes de México, Centroamérica y el Caribe está alcanzando niveles sofocantes en los últimos días, en buena medida por un fenómeno extremo: un domo de calor.
Los habitantes de Ciudad de México han experimentado una inusual ola de calor que ha llevado las temperaturas a niveles cercanos al récord máximo. Este jueves, el pronóstico de 33°C se aproxima al máximo histórico de 33,8°C registrado en 1998.
En otras ciudades del sureste mexicano, donde se suelen registrar altas temperaturas con mayor regularidad, el termómetro incluso supera los 40°C.
Pronósticos similares se han dado para ciudades de Centroamérica y el Caribe. En San Juan, Puerto Rico, las autoridades emitieron una «alerta de calor excesivo» para este jueves por las altas temperaturas y tiempo seco que, junto a la humedad, genera una sensación térmica superior a los 40° C.
Aunque existen varios factores que explican estas temperaturas en cada región, un fenómeno que ha cruzado el hemisferio norte conocido como «domo de calor» ha hecho que las temperaturas se disparen en las zonas afectadas, según los expertos.
«El domo es el que produce la onda de calor tan severa», explicó el miércoles a la prensa en México el meteorólogo Alberto Hernández Unzón. «Es una olla express».
Qué es un domo de calor
El domo se calor se forma en un área de alta presión atmosférica cuando el aire caliente es empujado hacia abajo y queda atrapado en un solo lugar, lo que hace que las temperaturas se disparen en una amplia región donde se produce.
Es esencialmente una masa de aire caliente arraigada obstinadamente en un lugar, atrapando a los que están dentro a nivel del suelo en una ola de calor prolongada.
Los científicos creen que estos eventos son provocados por un cambio brusco en las temperaturas del océano.
A su vez, el aumento de la temperatura del agua calienta el aire y los vientos empujan ese calor hacia la tierra.
Una vez que el aire caliente llega a tierra, queda atrapado por un sistema de alta presión, formando una cúpula flanqueada por sistemas de baja presión a ambos lados.
La alta presión calienta aún más la columna de aire comprimiéndola, actuando efectivamente como un domo.
Los eventos de calor extremo ocurren dentro de la variación natural del clima debido a los cambios en los patrones climáticos globales.
Sin embargo, los científicos señalan que el aumento en la frecuencia, duración e intensidad de estos eventos en las últimas décadas está claramente relacionado con el calentamiento observado del planeta y puede atribuirse a la actividad humana.
Las emisiones causadas por la quema de combustibles fósiles han estado atrapando el calor en la atmósfera desde el comienzo de la era industrial.
Este calor adicional no se distribuye uniformemente por todo el mundo y provoca fenómenos meteorológicos extremos, como las intensas olas de calor.
Y, a menos que se reduzcan las emisiones globales, este ciclo continuará.