Celedonio Jiménez
Los dominicanos radicados en Nueva York conforman la población extranjera más numerosa de esa importante ciudad de los Estados Unidos. Unos 800 mil dominicanos localizados en NY constituyen alrededor del 12 % de su población foránea y 45 % de la población dominicana, o de origen dominicano, residente en el extenso país de Norteamérica.
La presencia de los dominicanos en NY no sólo es importante desde el punto de vista cuantitativo, sino también por su pujanza, por los aportes que hacen en muchos órdenes y por su marcado interés en los procesos de República Dominicana.
Recién he regresado de Nueva York, luego de haber llevado a cabo una conferencia titulada “Sociedad Dominicana Actual y Perspectivas Inmediatas”.
En la misma abordé como elemento introductorio el marco internacional, refiriendo el carácter adverso, no halagador del mismo, destacando los escenarios de guerras montados y la existencia de nuevos recursos de las mismas, como la ciberguerra.
En el orden nacional expuse las características principales en el orden económico, político, social y cultural. Concluí exponiendo lo que a mi juicio podrían considerarse como grandes perspectivas inmediatas de nuestra sociedad.
Algunas de las muchas preguntas e inquietudes que se manifestaron giraron en torno a la fragmentación del movimiento popular, la actitud de la clase dominante y sus distintas expresiones ante las luchas económicas y políticas, el tema haitiano, la violencia, la inseguridad y el feminicidio, el futuro del Movimiento Verde, y otros tantos aspectos.
Esas intervenciones dejaban traslucir claramente las grandes inquietudes anidadas en el alma de los dominicanos y dominicanas residentes en Nueva York, los cuales sin decirlo se consideran, en su gran mayoría, como “exiliados económicos”.
Como tales piensan, sienten y actúan.
Ellos bajo ningún concepto se sienten como “dominicanos ausentes”. Se sienten como dominicanos que se han visto compelidos a marcharse al exterior del país en busca de una mejor calidad de vida, en busca de una vida digna para sí y para sus familiares.
A ellos veámoslo como lo que son: hermanos y hermanas dominicanos presentes y militantes de las mejores luchas, anhelos y esperanzas del pueblo dominicano. La realización de grandes jornadas de Marcha Verde en Nueva York y en Europason una prueba de ello.
