SANTO DOMINGO.-Las mujeres dominicanas de ascendencia haitiana son el segmento de la población más vulnerables del país, afirmó hoy la activista Ana María Belique, del movimiento Reconoci.do.
«Las mujeres en el mundo han logrado grandes conquistas, a nivel nacional también se han logrados importantes avances. Sin embargo, la mujer dominicana de ascendencia haitiana y la mujer migrante haitiana es, en la sociedad dominicana, la más vulnerable, pues existe todo un sistema que nos niega derechos y oportunidades», expresó Belique, quien considera que por esas razones, estas mujeres tienen razones más que suficientes para unirse a la campaña #YoParo en favor de los derechos ciudadanos.
Sostuvo que los efectos nefastos de la política de desnacionalización y discriminación que sufrimos por ser descendientes de personas que han migrado a este país en búsqueda de una mejor vida, nos han colocado en una situación de mayor opresión y violación a nuestra dignidad.
«Sufrimos por ser negras y a pesar que la gran parte de la sociedad dominicana es negra y mulata, ser negra es objeto de discriminación y en nuestro caso de negación de derechos», manifestó Belique.
Indicó que las mujeres dominicanas de ascendencia haitiana sufren por la nacionalidad de sus padres, «como si ser hijo o hija de haitianos fuera sinónimo de pecado», y peor aún, recalcó, «sufrimos exclusivamente por ser hijas de madres extranjeras, dejando así en las espaldas de las mujeres la responsabilidad de la trasmisión de la nacionalidad como si fuera una culpa y una condena… que somete a la apatridia y a las prácticas discriminatorias».
También sufren como mujer al no poder dotar a sus hijos e hijas de la documentación debida para que a la vez ellos puedan desarrollarse y aportar a la sociedad.
Como mujer, añadió, al ser negados nuestros derechos a un mejor desarrollo de nuestros proyectos de vida, imposibilitadas de tener un buen empleo y la vez un salario digno.
Cuando la sociedad nos ha hecho creer que el único trabajo que puede hacer una mujer del batey es trabajar en una casa de familia, negándonos la posibilidad de desarrollar nuestras capacidades como personas, también sufren.
«Todavía hoy, las mujeres dominicanas de ascendencia haitiana ven frustrada la posibilidad de disfrutar de los derechos sociales, políticos y económicos, convirtiéndolos así en una utopía a alcanzar», de acuerdo con Belique.
Sostuvo que el goce de derechos culturales de las mujeres dominicanas de ascendencia haitiana, al igual que los de todas las mujeres dominicanas, es otro de los grandes retos que tiene ese segmento de la sociedad dominicana.
Indicó que si desde el Estado, especialmente desde la escuela, se les enseñan una imagen tergiversada de nuestra historia, «jamás valoraremos nuestra verdadera personalidad y a su vez nuestra identidad y nuestra raíz no será vista como riqueza cultural de nuestra sociedad».
«La discriminación tiene rostro de mujer, mujer negra o afrodescendiente, mujer del campo, mujer del batey, y de mujeres en todas las esferas sociales. Ojala un día como hoy nuestras mujeres decidieran parar, parar de cocinar, limpiar baños, cuidar niños o incluso de negociar con su cuerpo y ser más conscientes de las grandes conquistas por las cuales tenemos que luchar», expresó la activista.