Los Dodgers de los Ángeles y las Mantarrayas de Tampa Bay inician hoy una Serie Mundial de esas que hay que disfrutar, por lo difícil que son de repetir por diversos motivos.
Es fácil reconocer que los Dodgers tienen el mejor equipo de las Mayores, incluso cuando estaban debajo 1-3 en la serie de campeonato, muy pocos dudaban sobre si podían venir de atrás y vencer a los Bravos, como lo hicieron.
Una diferencia muy notable está en las nóminas de pago, donde los Dodgers son los que más pagan con US$95,6 millones prorrateados y Tampa Bay (28) con apenas US$29,3 millones.
Los Dodgers cuentan con una maquinaria ofensiva liderada por Cody Bellinger, Mookie Betts, Max Muncy, Corey Seager, Justin Turner, que respaldan al cuerpo monticular encabezado por Clayton Kershaw, Walker Buehler y el cerrador Kenley Jansen.
Sin embargo, en el béisbol no hay nada escrito y Tampa Bay sabe cómo derribar grandes murallas.
El retirado primera base James Loney, veterano de ambos clubes, describe a los Rays como “guerreros”. Recuerda que nunca sintió que ese equipo salía a jugar con inferioridad.
“No nos importaba quién era el pítcher rival. No nos importaba el tipo de alineación en contra.
Teníamos esa mentalidad y creo que los Rays de este año tienen lo mismo», dijo Loney, quien jugó para los Dodgers entre 2006-11 y los Rays entre 2013-15.
Tampa Bay depende de jugadores de poca cotización como Randy Arozarena, Ji-Man Choi, Brandon Lowe y un cuerpo monticular liderado por Blake Snell y completado por Tyler Glasnow y Charlie Morton, pero con mucho corazón.