Emociones a granel, solidaridad manifiesta, lágrimas brotadas del alma, dos eventos, el mejor escenario: Centro Olímpico Juan Pablo Duarte.
Los Juegos de la Diversidad dieron riendas sueltas a manifestaciones atléticas, artísticas… humanas, de personas muy especiales. Nadie puede resistirse recurrir a sus fibras más sensibles para ofertar por lo menos un ¡wao! al gran esfuerzo de jóvenes, de uno y otro sexo, corriendo hacia la meta o bateando, encestando, voleando.
Y a la hora del almuerzo, música exquisita interpretada por ellos mismos. ¡Un gran acierto! ¡Solo hay que ponerse en el lugar del otro! Dando un “saltito”, el sábado, el denominado «Grupo 60 del Baloncesto» rindió honor a don Virgilio Travieso Soto en el 35 aniversario de su desaparición física, justo al lado del busto que honra con su nombre la destartalada “Media Naranja”.
Hermosa iniciativa que provocó un reencuentro de muchos nombres que por falta de espacio me limito a mencionar a los que tomaron tribuna: Andrés Vanderhorst, Héctor Romer, Marcial Romero, Faisal Abel, Francisco Martínez y Felo Estrella.
No sé cuál fue la excusa de los “grandes ausentes”, pero importantes fueron los “grandes presentes”.