Brazilian President Dilma Rousseff gives a joint press conference with Spain's Prime Minister after their meeting at the Moncloa Palace in Madrid on November 19, 2012. AFP PHOTO / DOMINIQUE FAGET
BRASILIA.- El duelo entre la presidenta brasileña Dilma Rousseff y la oposición llega este domingo a un capítulo que puede ser el último, si los diputados rechazan una moción de destitución, o el penúltimo, si la aprueban y dejan en manos del Senado la estocada final.
La despiadada lucha política que paraliza a la principal economía latinoamericana tendrá otro epicentro en las calles de Brasilia, Sao Paulo, Rio de Janeiro y otras ciudades, donde ambos bandos preparan concentraciones masivas, en muchos casos con pantallas gigantes, para asistir en directo a una ceremonia de rituales meticulosos.
La sesión se iniciará a las 14H00 locales (17H00 GMT), cuando cada uno de los 513 diputados sea llamado a comunicar su voto por un micrófono y a justificar en 10 segundos su decisión.
La presidenta, del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), es acusada de haber manipulado las cuentas públicas para ocultar la magnitud de los déficit en 2014, el año de su reelección, y a inicios de 2015.
Si 342 legisladores (dos tercios) votan a favor del impeachment, y el Senado lo ratifica, Rousseff, de 68 años, sería sometida a un juicio político que implicaría su separación transitoria del cargo.
La sustituiría su vicepresidente Michel Temer, quien podría completar el mandato, hasta fines de 2018, si los propios senadores declaran a Rousseff culpable en un plazo de 180 días. La crisis política brasileña tiene en vilo a América Latina y es observada con preocupación por el resto del mundo, a menos de cuatro meses de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Rio.
Rousseff niega los cargos que se le imputan y los atribuye a una conspiración liderada por Temer y el jefe de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, ambos del partido centrista PMDB.
Temer multiplicó los contactos en vistas a asumir la presidencia y en un audio difundido involuntariamente, según dijo, llamó a la formación de un «gobierno de salvación nacional» y a realizar «sacrificios» para sacar al país de una recesión que entra en su segundo año.
También Rousseff dijo que, de sobrevivir al impeachment, propondría un «pacto» a todas las fuerzas políticas, para que Brasil pueda salir del pozo.