Mayra de Peña
Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, Y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, Ni es oída su voz. Por toda la tierra salió su voz, Y hasta el extremo del mundo sus palabras. Salmo 19 :1-4
Hoy celebramos el Día de la Tierra y este culto a la misma fue creado en interés de hacer un llamado a la cordura en torno al daño que se le está haciendo al planeta. Un llamado a reflexionar en lo relativo a tomar en serio y con compromiso el salvaguardar nuestros recursos naturales, una fiesta a la Madre Naturaleza.
Nuestro planeta Tierra.., creación divina, una excepcional obra de la sabiduría, donde nada falta ni sobra, donde todo fue concebido para que fuera perfecto está sufriendo. Dice la Palabra de Dios que la tierra gime a una por el pecado del hombre, traducido en ambiciones e intereses que nos retratan en nuestra justa dimensión.
Nuestro ecosistema sucumbe porque para que este funcione necesita que haya equilibrio, por lo que si este es afectado, desencadena una serie de efectos que ponen en peligro nuestro hábitat y lo estamos viendo y viviendo.
Es imposible ver la tierra sin mirar el rostro de Dios, pues fue hecha con sus dedos, la Palabra accionó y fue hecho. Cuando voy tempranito en carretera en este bello trópico en que me ha tocado vivir, mis ojos van hacia el verdor de sus montañas y percibo una paz entre estas y me digo…hablarán entre si y dirán ¡¡uff, por fin tenemos un poco de aire puro…aprovechémoslo y hagamos fiesta que pronto amanece y vienen todos como fieras en búsqueda de encontrar que devorar!!
Este mismo pensar tendrán los ríos y los mares cuando sienten verter sobre ellos tanta contaminación, desearán que Dios que los creó haga sonar la gran trompeta que anunciará su descanso, como será esto, no lo sé, solo imagino…, pero nunca he sido conformista y creo que esta belleza que Dios creo, perfecta, cíclica, esplendida a la hora de dar, que nos brinda una y mil colores, no será derrotada.
Cada segundo de nuestras vidas es una oportunidad para cuidar la tierra, es tan benevolente que aún después que termina nuestro ciclo terrenal aquí, nos regala su regazo para que nuestro cuerpo descanse.
Cuidemos y amemos nuestra Madre Naturaleza!
