Algunos se sorprenderán de que, ante tantos temas de trascendencia nacional, dedique la atención de estas líneas a algo que, aparentemente, concierne a la organización política en que milito.
Se trata de que el Partido Comunista del Trabajo ha decidido la fundación de su biblioteca política, la Biblioteca Nacional Miguel Ángel Muñiz Arias, que será inaugurada en breve tiempo.
Estamos ante un acto de audacia que merece divulgarse, porque tiende a desafiar la tendencia que gana cuerpo desde hace mucho en la gente, en los militantes de izquierda inclusive, de concentrarse en las trivialidades y los mensajes breves que les llegan por celular, mientras se alejan de la lectura y el estudio de las cosas fundamentales.
Hubo un tiempo ya lejano en que el movimiento de izquierda dominicano sentía pasión por el estudio del marxismo. A veces les rendía culto excesivo a los libros y muchos militantes se indigestaron, cayeron en el dogmatismo, en concebir los postulados de la teoría como recetas rígidas aplicables en todas las circunstancias.
Aun así, se aprendió bastante, se debatía y se teorizaba, llegó a formarse una buena cantidad de dirigentes versados en la teoría y una intelectualidad progresista, especialmente en torno a la UASD, preocupada por producir literatura revolucionaria y ponerse al día con las publicaciones que la intelectualidad de otros países producía.
Luego, el movimiento empezó a ser afectado por una actitud liberal y apática frente a la doctrina y, después de la desintegración del viejo campo socialista, cuando la burguesía internacional emplazó y descargó en lleno las baterías de su propaganda contra el marxismo, muchas voluntades se reblandecieron y son cada vez menos los que salen a defenderlo.
Entonces, en medio de esa confusión, aquí hay un hecho contundente. Una biblioteca, que convoca al estudio, a la vuelta a los clásicos y no solo a los clásicos del marxismo, sino a todas las variedades de la buena literatura, abierta a militantes y no militantes, a toda persona interesada en cultivar su inteligencia para servirle mejor a su país.
El patrimonio bibliográfico de la biblioteca parte de una donación de más de dos mil títulos que fueron atesorados y conservados por el camarada Miguel Ángel Muñiz Arias, que en uno de esos gestos de desprendimiento que lo han caracterizado a lo largo de su vida, los donó muy generosamente. Puede decirse que a todos los demás méritos que posee, hay que sumarle el de haber sido un provocador eficaz de la fundación de la biblioteca.