Ayer tuitee que “la política del resentimiento es terrible. Dizque Reinaldo Pared, protegido siempre por Danilo, quien creía merecer más que Gonzalo la candidatura del PLD, coquetea con irse de vice de Leonel o Abinader. ¿Cuántos votos aporta?”.
El secretario general del PLD respondió: “No me atribuyas conductas y actitudes que nunca he abrigado y jamás he actuado por resentimiento en mi vida. Lo que ocurre es que tengo un alto concepto de la DIGNIDAD” (así en mayúsculas).
Conozco a Reinaldo desde hace más de 40 años y uno de sus rasgos de carácter es el orgullo personal intransigente, que le ganó el mote de “Pechito” y que él llama dignidad.
La cualidad de digno, que merece algo según su mérito y condición, no puede jamás negársele a un político de tan dilatada carrera, cuyo éxito anda montado mejor que cualquier multimillonario de cuarta generación.
Pero el realce, gravedad y decoro al comportarse, la dignidad, no resultan de creerse merecedor de algo irrealizable. Saber perder dignamente es honorable; autoproclamarse digno no.