¿Qué dirá el presidente Abinader al país esta noche para explicar sus ejecutorias durante sus primeros noventa días gobernando? Comer ansias nunca es bueno, pero quizás sí entretenerse al vislumbrar sanamente.
La realidad es que pocos presidentes han asumido el poder con un problema tan enorme como la pandemia del Covid-19, combinado con la pesadilla de ingresos fiscales mermados por la disminuida economía, con aumentadas necesidades para ayudas y subsidios.
Sin embargo, las Aduanas y la DGII ya reportan recaudaciones récord, contra toda expectativa. Igualmente, los mercados siguen confiando en República Dominicana, según prueban la colocación de bonos y anuncios de nuevas inversiones directas, como las de Nestlé, los Rizek, InterEnergy, AES, cadenas hoteleras y otras.
Ello desmiente contundentemente que seamos un país “en quiebra”, como dijeron voceros oficiales. Abinader disfruta de enorme buena voluntad.
Urgen definiciones y crear nuevos empleos. Pero el Congreso se rebeló por el barrilito.
Lo enredó la pulcra FUPU. Combatir la corrupción sigue en veremos. Ojalá hable el estadista y no el candidato, pues hace tres meses gobierna.