Dietrich Mateschitz, el confundador de la multimillonaria empresa de bebidas energética Red Bull y fundador y propietario del equipo de Fórmula 1 del mismo nombre, falleció este sábado a los 78 años de edad.
Mateschitz fue el motor detrás del establecimiento de lo que se convirtió en el líder del mercado mundial de bebidas energéticas, negocio gracias al cual es considerado como el hombre más rico de Austria.
En 2021, la empresa dijo haber vendido casi 10 mil millones de latas de su bebida con cafeína en unos 172 países alrededor del mundo.
La revista Forbes ubica a Mateschitz en el puesto 51 en su lista de multimillonarios correspondiente a 2022.
Con la fortuna acumulada en ese negocio, Red Bull pudo establecer luego un equipo de Fórmula 1 que se ha convertido en una de las principales referencias actuales en ese deporte.
«Es muy, muy triste, qué gran hombre. Lo que logró y lo que ha hecho por tanta gente, en todo el mundo en diferentes deportes, es insuperable», dijo el director del equipo de Red Bull, Christian Horner, en declaraciones a la prensa deportiva poco después de que se anunciara la muerte de Mateschitz.
«Muchos de nosotros tenemos que estar muy agradecidos con él por las oportunidades que nos brindó y la visión que tuvo, la fuerza de carácter y nunca tener miedo de perseguir tus sueños», agregó.
Construyendo el imperio Red Bull
Nacido en Austria, Mateschitz era vendedor de la empresa de bienes de consumo Procter & Gamble cuando descubrió Krating Daeng, la bebida que se convertiría en Red Bull.
Durante un viaje a Tailandia, Mateschitz se dio cuenta de que tomando esa bebida no sufría de jet lag.
En 1984, se asoció al creador de la bebida Chaleo Yoovidhya y fundaron Red Bull, que se convertiría finalmente en la bebida energética más venidida del mundo.
Luego de hacer cambios en la receta original de Krating Daeng y de desarrollar un concepto para el marketing del producto, introdujeron la marca en 1987 bajo el nombre de Red Bull.
La empresa obtuvo ingresos en torno a los US$8.000 millones en 2021.
Así, Mateschitz se convirtió en un multimillonario con una fortuna personal estimada en US$25.000 millones, lo que ha hecho que se le considere como el hombre más rico de Austria.
Mateschitz empezó a asociar la marca con deportes extremos como el surf, el salto de acantilado, los deportes de invierno y el ciclismo de montaña, y Red Bull se involucró como patrocinador en muchos de ellos.
Su participación en la F1 comenzó con el equipo Sauber con sede en Suiza, del cual Red Bull se convirtió en accionista del 60%, antes de que los dos se separaran luego de una disputa sobre la elección del piloto: Sauber contrató al inexperto finlandés Kimi Raikkonen para su temporada de debut en 2001, cuando Mateschitz quería que eligiera al protegido de Red Bull, Enrique Bernoldi.
Tres años más tarde, Red Bull compró a Ford el fallido equipo Jaguar y lo renombró, empleó al ex piloto de Fórmula 2 Christian Horner como director del equipo y fichó al ingeniero de diseño líder en el deporte, Adrian Newey.
Se propusieron convertir a Red Bull en una fuerza líder y se convirtieron en el equipo más rápido de F1 en 2009 y ganaron sus primeros títulos de pilotos y constructores con el alemán Sebastian Vettel en 2010, el primero de cuatro campeonatos dobles consecutivos para el equipo.
Red Bull también amplió sus intereses deportivos al fútbol, comprando equipos en Salzburgo -la ciudad más cercana a la casa de Mateschitz en Fuschl am See en Austria- y Leipzig en Alemania, así como el MetroStars de Nueva York (rebautizado Red Bull de Nueva York). También se hizo con un equipo de fútbol en Campinas (Brasil), fundó un club en Ghana y adquirió un equipo de hockey sobre hielo en Múnich.
A lo largo de su participación en la F1, Mateschitz, aunque era una figura solitaria que rara vez concedía entrevistas, emergió como uno de los referentes más importantes del deporte.
Al mismo tiempo, usó su fortuna para ayudar a regenerar Estiria, la región donde él nació en Austria, promoviendo la artesanía y las artes locales. También creó la organización benéfica Wings For Life para ayudar a la investigación sobre la médula espinal.