Dictadura de la ley en el tránsito

Dictadura de la ley en el tránsito

Dictadura de la ley en el tránsito

Felipe Mora

Duele decirlo, pero no se siente con toda la intensidad que debiera tener el ejercicio de la autoridad frente al desorden cotidiano que registra el tránsito vehicular en el Gran Santo Domingo y otros conglomerados urbanos del territorio nacional.

Motoristas, conductores de carros, jeepetas, camiones y de cualquier otro tipo de vehículos incurren de manera continua en violaciones consuetudinarias en calles, avenidas y carreteras del país. Tan solo las motocicletas representan el 52% del parque vehicular a nivel nacional.

El Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (Intrant), creado por Ley 63-17, tiene por misión gestionar la rectoría nacional de la movilidad, el transporte terrestre, el tránsito y la seguridad vial. Pero la seguridad es una utopía cuando se conduce por cualquier calle o avenida de República Dominicana.

Los agentes de la Digessett no alcanzan para poner control en el caos generalizado que a diario se registra. Y muchos de los que asignan para ello se hacen de la vista gorda. O simplemente se desentienden de sus responsabilidades.

Reportes de prensa dan cuenta que el director de esa institución admite que no cuenta con el personal ni con el poder decisorio para poder controlar los desórdenes en el tránsito, en especial de los motoristas.

El pasado 10 de diciembre, el diario El Día en su versión digital publicó que “la Digesett no cuenta con el personal necesario para la fiscalización de motocicletas y vehículos a nivel nacional, de acuerdo con el director, el general Francisco Osoria de la Cruz”.

Intersecciones de fuerte flujo vehicular y peatonal, como las avenidas Máximo Gómez con John F. Kennedy, Abraham Lincoln con Kennedy, 27 de Febrero con Abraham Lincoln, 27 de Febrero con Winston Churchill, entre otras tantas, ven disminuida la autoridad de los agentes asignados ante la enorme carga que representa el intenso tránsito por esos lugares.

El desorden en el tránsito está latente en las consabidas violaciones a la luz roja del semáforo, transitar en vía contraria y por encima de las aceras; motoristas con cruces y/o rebases temerarios; vehículos que usan luces LED a toda potencia (no importa si es de día o de noche), lo que provoca malestar en la visión de conductores que se desplazan en sentido contrario.

Muy a pesar de que a partir del 2018 el Intrant prohibió las luces Led en vehículos particulares, su uso indiscriminado continúa en aumento en todo el territorio nacional.

Los motoristas son responsables de un elevado porcentaje de las emergencias médicas en los principales hospitales del país. Un caso patético con estos conductores arrojó que durante las festividades de fin de año, de cada 10 muertes por accidentes, nueve eran motoristas.

En sentido general, durante los largos feriados de Navidad y fin de año, los accidentes de tránsito ocurridos sumaron 262 en autopistas, carreteras, calles y avenidas, con un saldo de 42 muertes, y teniendo a las motocicletas como los vehículos con mayor cantidad de participación.

Desde hace rato que distintos sectores nacionales, entre los que se incluyen medios de prensa y de la sociedad civil, claman porque se pongan en práctica medidas contundentes para enfrentar el desorden en el tránsito con la reciedumbre que el caso amerita. Se requiere la dictadura de la ley, con todo rigor.

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