La ley seca gringa fue abolida por la inmensa actividad criminal generada por contrabandistas de alcohol. Sin televisión y poca radio, los periódicos informaban y entretenían al público.
En 1931 comenzó a publicarse en Chicago y otras ciudades, la tira de muñequitos del detective policial Dick Tracy, cuyo autor, Chester Gould, dibujaba al personaje con artilugios imposibles en aquella época, como teléfonos móviles en forma de zapatos o relojes con capacidades de computación.
Hoy luce normal, pero eso fue casi tres décadas antes de yo nacer y soy sesentón. Tracy combatía el crimen no como un superhéroe sino asistido por tecnología que sólo existía en los paquitos, como más tarde los Jetsons y otros.
Recuerdo todo esto porque me asombra que la App del Banco Popular, aplicación financiera para teléfonos móviles, superó hace días el primer millón de afiliados. Quizás ni siquiera Dick Tracy imaginó pagar y mover dinero mediante un celular, pero gracias a Dios por el invento que facilita la vida a tantos dominicanos. ¡Felicidades al Banco Popular!