Mayra de Peña
Reflexionando en cómo anda el mundo y con él nosotros, se trasladan mis pensamientos hacia el Sermón del Monte, donde nuestro Señor Jesucristo expresó: ¨Dichosos los compasivos, porque ellos alcanzarán misericordia¨.
Cuánta sabiduría encierra lo expresado por Jesús en su perfecto conocimiento de la naturaleza humana y es que él sabía lo difícil que se nos hace ser compasivos y es por eso que no tengo más que darle gracias a Dios por El y por su infinita misericordia y compasión hacia nosotros.
Transitamos el mes de diciembre, donde se ha hecho una costumbre en las diferentes esferas de la sociedad hacer actos de solidaridad con los más necesitados ofreciéndoles una cena de noche buena y otros regalos… y eso está bien, pero pienso y analizo en todo lo que encierra la compasión a la que Jesús se refería en el Sermón del Monte.
Ser compasivo implica entrega y amor hacia tu prójimo…., es no decirle durante todo el año y toda tu trayectoria de vida No al necesitado, teniendo tu que darle.
Tener un corazón de misericordia es sentir el dolor ajeno e ir en su ayuda. Es no ser insensible ante casos que pasan a diario, escudándote en que ¨el mundo está así y esa es la vida…aprende porque sino sucumbes ante él¨ endureciendo tu corazón.
Tener un corazón de misericordia es levantarte cada día pensando no solo en ti….es fijar tu mirada un poquito más allá de tu entorno en la búsqueda constante de bendecir a otros, actuando con integridad.
Ser compasivo es visitar a los enfermos, orar por ellos y con ellos, es pedir a Dios por los presos en las cárceles para que sus vidas sean transformadas y le conozcan… es dejar de pensar tanto en nosotros mismos, ver un poquito más allá y poner nuestro granito de arena para bendecir a nuestros semejantes.
Es sentir dolor por las vidas que se pierden sin fe y sin esperanza, es no quedarte callado, teniendo el conocimiento de Dios y los medios para transmitir el Plan de Salvación, estando en juego algo tan vital y trascendental como es la plenitud de vida, la paz y la salvación de las almas.
Tener un corazón compasivo es enseñarle a través de la Palabra de Dios que esta vida es transitoria, que es tan solo la oportunidad que nos da Dios con las herramientas que ha puesto en nuestras manos, para sembrar aquí y cosechar en la eternidad.
Está terminando el año e iniciando uno nuevo… mira a tu alrededor, siempre habrá alguien necesitado, necesariamente no tiene que ser una necesidad material, puede ser afectiva, muchos no tienen ni con quien conversar…. el vacío existencial está minando las vidas.
Pidamos a Dios tener un corazón de misericordia, aprovechemos la oportunidad que tenemos de extender nuestras manos en favor de otros. Practiquemos la compasión pues es una calle de doble vía, tal y como lo afirmó Jesús en el Sermón de Monte¨Los Misericordiosos alcanzarán misericordia¨ y estar bajo la misericordia de Dios es la bendición más grande que puedas imaginar.
