Tras el diálogo convocado por el Presidente de la República, Luis Abinader, diversos sectores principalmente partidos políticos y una parte de la sociedad civil, han externado sus puntos de vistas en torno a la excelente convocatoria por el liderazgo del país. A propósito, tendrán su segundo encuentro este miércoles 15, en las instalaciones del CES.
Ahora bien, la gran ausente del diálogo en esta ocasión, y quizás ha sido la primera vez, la Iglesia Católica y otras iglesias. En ese orden, el obispo de la provincia Peravia del Sur de República Dominicana, monseñor Víctor Masalles, expresó que la falta de liderazgo en la Iglesia ha provocado su ausencia en la palestra pública de los temas que pueden interesar a la feligresía y al pueblo en general. Esta opinión generó un avispero en la Iglesia.
El título de la columna Conflictos y Mediaciones proviene del editorial emitido por el periódico Listín Diario en 1993. Útil para recordar la Iglesia representando al pueblo.
La opinión del obispo de Peravia, armó una controversia por sus atinadas reflexiones, me permito reproducir el editorial del LISTIN DIARIO dirigido por don Rafael Herrera, del 27 de diciembre de 1992, a sus 29 años, continúa en vigencia.
La Iglesia, Mediadora
“En nuestro país suelen surgir las más enconadas absurdas e irracionales confrontaciones, aun entre aquellos señalados para fraternos entendimientos.
Así una parte sobresaliente de la misión pastoral de la Iglesia, es una gestión de acercamiento y solidaridad, sobre los asuntos y público, en pro de una acción conjunta al servicio del bien común.
El reciente reconocimiento de la Asociación de Bancos Comerciales a monseñor Agripino Núñez, rector de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCM), es testimonio de lo fértil de esa gestión..
Se mostró así gratitud a la gestión de la Iglesia por la vía del Obispo Auxiliar, monseñor Francisco J. Arnaiz y monseñor Núñez en pro de un consenso Banco Central-Sector Financiero respecto al anteproyecto del Código Financiero.
En su redacción inicial el anteproyecto, dio origen a reparos y controversias.
De ahí surgió la mediación de la Iglesia por vía de los monseñores Arnaiz y Núñez.
Los resultados fueron muy satisfactorios y ya el anteproyecto de Código está en poder del Presidente Balaguer para su consideración y propuesta al Congreso.
II
En su discurso de gracias, monseñor Núñez hizo una exposición de la doctrina de la Iglesia como mediadora y buscadora de entendimiento y concordia entre los hombres en su vida social.
Describió los acuerdos a que se han llegado en el país en la última década en la que han suscitado diversos conflictos resueltos con reafirmación de paz, en gran parte gracias a los buenos oficios de la Iglesia.
Así se resolvieron conflictos laborales. Se llegó al Acuerdo Tripartito.
Y mediante el Grupo de Diez se enfrentó el problema del desabastecimiento de productos vitales como el petróleo.
Todo con la estimulante acogida del Presidente Balaguer. Y se sentaron las bases para combatir la inflación. Fue una exposición muy animada y precisa de la historia social dominicana en los últimos diez años.
III
La PUCM y monseñor Núñez desempeñan una alta, cristiana y eficaz misión al servicio de la concordia dominicana. Y de la unión de voluntades para las tareas comunes.
Todo ello inspirado en las enseñanzas y la más noble tradición de la Iglesia.
Manifestamos nuestro apoyo y gratitud por tan generosa y creadora tarea de concordia y de servicio del bien.” Concertación: La Cultura del Diálogo. Monseñor Agripino Núñez Collado. 1993. Páginas 397 y 398.
En el citado libro, son varios los editoriales de todos los medios impresos resaltando en sus editoriales la labor de la Iglesia como mediadora de conflictos políticos, sociales y gremiales.
Desde Conflictos y Mediaciones exhortó a la Iglesia a asumir un rol que la feligresía requiere que una institución de la credibilidad y compromiso le represente ante autoridades que han descuidado sus responsabilidades en los servicios básicos: alimentación, educación, empleos, seguridad ciudadana, agricultura y de protección a las personas más vulnerables: niños, niñas, adolescentes y adultos mayores.
A juzgar por la doctrina social de la Iglesia y los documentos de Medellín y Puebla, la Iglesia tiene que estar al lado de los más débiles; ya que en los mismos está Jesús de Nazaret.